Monday, June 19, 2017

Gra(nada) de hambre he pasado oiga


Este fin de semana tocaba viajar a Granada, porque Rhea no había estado nunca, tenemos vuelo directo y además un amigo de ella tiene un piso y por tanto teníamos hotel gratis :)..

Salimos el viernes a las 5 de la tarde, previo paso por Roche (en mi caso sólo). Yo salí sobre las 2pm de allí y como siempre, bus y tren no me los quitaba nadie. La idea era ir directamente a Plaza Cataluña, y desde ahí encontrarme con Rhea para ir en Aerobus al aeropuerto. La verdad que era lo más rápido dada la hora del vuelo.

Llegamos con mas de una hora de tiempo libre al aeropuerto, aunque se agradece de vez en cuando no tener que correr por las terminales, jeje. La nuestra era la T1 y la zona de embarque "A", con lo que no tuvimos que movernos mucho, Aprovechamos los dos, yo para cambiarme el pantalón del trabajo por uno corto, y Rhea para comprar algo de chocolate para regalar a la pareja que nos dejaba el piso en Granada,

Salimos con solo 15 minutos de retraso, y digo solo porque era Vueling, y normalmente suele ser mucho más.

Llegamos a granada sobre las 19.30 y ya estaba el autobús de Alsa esperando nada más salir del aeropuerto. Era pequeñito, algo más grande que el de León, pero hacía más calor, jejej. Tuvimos suerte, compramos los tickets del bus (2€ aprox.) y nos pusimos en marcha hacia la última parada del bus, el Palacio de Congresos. Esa era la parada inicial, y por eso pagamos lo que pagamos por los tickets, pero Rhea se puso a chatear con las chicas y al final nos dijeron que mejor nos bajásemos en la estación de autobuses, porque ellos ya casi estaban entrando en la ciudad,..justo a tiempo oiga!!!

El viernes yo tenía pensado quedar con Joana para tomar algo por la noche, y así se lo fui contando. Simplemente nos recogieron en la estación de autobuses y sin perder el tiempo nos pusimos en marcha al piso de Javi, que estaba en una urbanización de la zona alta.

No tardamos casi nada, unos 30 minutos escasos y ya estábamos aparcados en el garaje de la urbanización, una pasada, eso si, previo paso por el Mercadona a comprar desayuno para los 2 días. Subimos al cuarto donde viven y voilá, pisazo. 3 habitaciones, 2 baños, 3 terrazas más grandes que mi piso y el salón con un sofá que te atrapaba a la hora de la siesta como cosa boba.

Dejamos todo y sin perder más tiempo salimos andando al centro, ya que nos dijeron que era cuesta abajo y que había solo unos 15-20 minutos. Yo fui avisando a Joana ya para salir sobre las 20.30, no se fuera a despistar y tuviera que prepararse o algo. El sitio de destino incial era el Kiosko Las Titas, o lo que es lo mismo, un chiringuito a pie de río que estaba genial y petado de gente ya.


Quisimos pedir mesa fuera pero tuvimos que esperar un rato y directamente nos metimos en la barra del kiosko a pedir. Yo iba directo a por mosto, ya que Javi me había prometido que allí había también. Es raro porque no lo hay en todas partes, y lo echaba de menos. Él me recomendó pedir uno que tienen allí( y que según él venden en Mercadona) y que estába cojonudo, se llamaba Castillo de Salobreña. Yo pensé que sería como cualquier mosto, pero qué va, estaba cojonudísimo, ya que sabía como a trina de manzana, muy bueno.

Antes de acabar la copa, nos dejaron un barril-mesa libre fuera y salimos, justo enfrente del mostrador que se ve en la imagen anterior, llena de tapas. De todas esas, nuestras eran el 80%, jajaja, nos pusimos finos filipinos.

Empezamos por pedir varias copas para que nos trajeran las tapas correspondientes (mini-bocatas de atún y lechuga, muslitos de pollo y pulpo frío). Cuando las acabamos, era tan poco que nos quedamos con hambre y decidimos pedir de carta. Ahí es cuando se nos fue la mano. Empezamos a pedir tortilla de patatas, jamón, ensaladilla rusa y croquetas, venga a morir!!!! jajajaja

Joana seguía sin llegar, pero es que ni siquiera había leído mis mensajes de hacía 2 horas casi. Yo lo daba por perdido ya, así que nada me olvidé. Sobre las 23 aparecieron unos amigos de Javi y Marta por el local y nos fuimos con ellos dando un paseo al centro centro, a por un helado que decían era una pasada (aunque su amigo decía que eran normalitos, jajaja, aunque ya dudaba si lo hacía por joder).

El sitio debe ser famoso porque siempre estaba lleno, llamado algo así como los italianos. Allí nos fuimos, pero yo ya no podía tragar nada más, estaba que reventaba. Los demás parece ser que sí, que tenían sitio para algo más y se pidieron todos un helado que les recomendó Javí, que era algo así como el típico cono de helado pero con un cacho de tarta encima, con nata, chocolate y yema de huevo helado... muy raro pero según estos muy rico.

Este es el susodicho helado, ¿qué opinión merece? rico rico. (aunque la foto no es de ese día, porque hubo más, muchos más :P )

Con un cansancio terrible y un agotamiento superior, no pudimos más que dar un pequeño paseo hasta acabar el helado y media vuelta a la plaza de Santa Ana para subirnos a un taxi y volver a casita a descansar, que al día siguiente nos esperaba la Alhambra bajo el sol.

Sábado 10

El día comenzó con Rhea y yo despiertos mientras el resto seguía sobando, jajaja qué raro ehhh? Ella se despertó antes que yo del calor, y es que fuimos tontos y dormimos con la ventana cerrada y lo pagamos. A media noche yo me desperté porque ella se movió y noté como me corría el sudor por el cuello, qué calorazo señores...

Mientras esperábamos por estos, nos pusimos a hacer tostaditas, zumito, galletas de chocolate. La idea era salir de casa sobre las 10.30am para estar allí a las 11am y poder recoger las entradas y ver lo máximo posible de la Alhambra, que es enorme. Por supuesto, Javi y Marta no fueron porque ya la han visto mil veces y se quedaron en casa tranquilamente, luego de copitas cerca de la Alhambra esperando por nosotros.

Javi nos acercó con el coche a la entrada del recinto y de ahí saltamos a una cola de gente que había por ahí. Tengo que decir que está muy mal indicado todo eso, porque sino preguntamos, no nos habríamos dado cuenta de dónde recoger las entradas. También es cierto que fuimos bobos porque podíamos haber sacado las entradas en una Caixa la noche anterior, pero bueno,

Yo decidí coger un audio-guia para enterarme de algo de lo que estaba viendo, porque sino es un poco tontería entrar, paseas pero no ves nada interesante, solo el monumento en sí. Al final acabamos con uno cada pareja. Yo era partidario de coger una cada uno, pero bueno, no quisieron.

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Queríamos ir primero a ver lo que rodeaba la muralla, dado que teníamos hora fija para entrar a los palacios Nazaríes, las 12.30. Entramos por la derecha hacia el Generalife y nos metimos por donde no tocaba, jejej, tuvimos que retroceder unos 100m porque ibamos a entrar por el final del recorrido.

Empezamos por los jardines, a los cuales antecedía un gran auditorio al aire libre muy renovado, pero muy bonito para, seguramente, concierto de música clásica o algo así.

Seguimos recorriendo los jardines entre fuentes, caminos y arcos verdes como los de la imagen, hasta que llegamos a los primeros edificios.

En este momento yo me empecé a agobiar un poco, porque como se entra por turnos, los grupos de guiris eran demasiado grandes y es que cada autobús era un dolor.

Gente haciendo fotos a todo y quedándose en el medio de todas las puertas, jodiendo, vamos!!!

Yo iba a mi ritmo, sacando fotos, haciendo mis videos de siempre, y claro, teníamos que compartir el audio de la guía, por eso yo no quería 1 para cada 2, porque es un dolor tener que ir con un casco cada uno, mientras quiero grabar, etcétera, porque esa es otro, encima es que íbamos como los del Imserso, a toda leche de sitio en sitio porque se nos iba la hora.

Cada jardín que pasabamos era más impresionante que el anterior y teníamos que hacernos fotos con todo, es que lo pedía, jaja.

Encima hay que tener en cuenta que en el fondo estaba el resto de la Alhambra, junto con Granada, y era una vista espectacular.

El calor apretaba y las prisas más. Acabamos el Generalife y salimos esquivando guiris directos al interior de la muralla para seguir con el recorrido marcado hasta los Palacios Nazaríes.
Atravesamos el único hotel del recinto, los baños nazaríes, el palacio de Carlos V y zasca, una cola de miedo esperando para entrar. Nosotros dudamos si sería la nuestra, la de las 12.30 y acertamos. Llegamos con algo de tiempo, y ya la gente estaba esperando incluso fuera de hora. Un pobre hombre  y su mujer intentaron entrar cuando tenían hora para las 17.30, jojoj osea les quedaban 5 horas bajo la solana para poder visitar esa zona, pero el segurata se las sabe todas, ya es pajaro viejo.

Sin duda el patio de los leones era el más bonito e impactante de todos, y eso que estaba en obras para reparar el lado opuesto al que estaba yo en esta foto.

Había una recorrido marcado y teníamos que seguir alrededor de él, con lo que no nos pudimos acercar a la fuente ni salir del arco exterior del patio, pero bueno, aún así mereció la pena.

Tardamos como una hora en dejar esa zona y casi nos daban las 2pm, y claro, los de fuera temíamos que se empezasen a impacientar, aunque ya nos habían mandado una foto tomando cervezas, osea que muy estresados no estaban, jeje.
Nosotros continuamos hasta la salida, entramos fugazmente en el Palacio de Carlos V, escuchamos el audio correspondiente al lugar y nos fuimos, porque era algo que no pegaba mucho con el resto del complejo. Algo más tipo romano que nazarí.


Nos dimos la vuelta y atravesamos la puerta del vino, como se ve en esta imagen, que daba acceso a la Alcazaba, o como se entiende mejor, la zona de los torreones, desde donde se ve toda la Alhambra y Granada.

El sol apretaba que "metia mieu pa'la cabeza" y aún así sube escaleras, baja escalera, torre va, torre viene, aunque merecía la pena cada escalón subido si la recompensa eran esas vistas.

Por el mismo motivo, el calor, no duramos mucho ahí ariba. Nos bajamos y ya teníamos en la cabeza una bebida fría como el hielo, pero todavía nos quedaban ver los baños que dejamos por el camino, y devolver el audioguia al comienzo del recorrido, porque nos habían bloqueado la tarjeta por si acaso a alguien le daba por irse con ella (porque era un movil, más que nada).

Los baños no eran mas que un edificio bastante chulo y antiguo con una especie de pilas contra las paredes a modo de bañeras naturales. Dimos una vuelta rápida por dentro y nos fuimos sin más.

Tras unos 10 minutos caminando bajo el sol aplastante, llegamos de nuevo a la entrada de la Alhambra, devolvimos los audio-guías y nos pusimos camino al centro de Granada a tomar algo con Javi y Marta.

Empezamos a bajar por la llamada Cuesta de Gomérez, que como se ve, estaba rodeada de árboles y silencio, mucho silencio. Solo se escuchaba el sonido de los pájaros y el agua que caís por ambos lados del recorrido desde la propia Alhambra, qué pasada!!!

Daban ganas de tumbarse a dormir una siesta ahí mismo, si no hubiera sido por el hambre que teníamos encima, jeje,
Al cruzar la puerta de las Granadas encontramos un par de tiendas que vendían los típicos recuerdos, y nos metimos a ver qué cositas encontrábamos. Yo básicamente me metí porque se estaba fresquito y porque daban muestras de aceite con pan, ouyeahhhh!!!!

Salimos de la tienda y llegamos a encontrarnos con Javi y Marta en la Plaza de Sta. Ana, desde donde nos moveríamos a una calle de tapeo muy chula, con decenas de bares en toda ella y nos metímos en uno que nos recomendí Javi. Nosotros ni rechistamos, ni preguntamos nada absolutamente, sólo podíamos pensar en una bebida fría de immediato.
La foto de la izquierda corresponde a la primera tapa, unos bocadillos de pollo frito con mayonesa que estaban de muerte, y para acompañar unas cuantas cervezas y colas. Ahí nos pedimos unas 3 tapas en total y luego saltamos al local de enfrente, donde había mas de 4 despedidas de soltero a la vez, y ya nos pedimos la hambuguesa que se ve en la segunda foto, y sí, es tan grande como parece :P

Tras tanta tapa tocaba dar un paseo para bajar la comida, y espera porque todavía a alguno le cabía algún helado de los del día anterior, los del Italiano. Llegamos, se pidieron un helado los demás, porque yo no podía casi ni respirar entre el empacho y el calor.

Al acabar pensamos que sería bueno ir a la catedral a verla, pero resultaba ser de pago y pasamos un poco. Habría estado bien acceder a ver la tumba de los Reyes Católicos, pero bueno, no era el momento. Rodeamos la catedral y nos hicimos algunas fotos y de ahí decidimos irnos a por un autobús y de vuelta a la urbanización a darnos un baño tranquilamente en la piscina.

El autobús no lo pudimos coger allí mismo y tuvimos que caminar un poquito, porque según Javi habían cambiado los trazados y se habían inventado una línea nueva que había que coger en el río donde el viernes estuvimos de tapas. Nos dejó en la puerta de la urbanización y nos fuimos de cabeza al agua casi.

Estuvimos un rato, no mucho porque se fue el sol y el agua estaba algo fría la verdad. La primera en subir fue Rhea a ducharse, mientras los demás descansábamos un poco más, sobre todo Rebe y Gonzalo que se quedaron fritos en la repisa, junto a la pared lateral, jejeje.

Tras ducharnos todos nos pusimos en marcha de nuevo al centro, porque ya teníamos algo de hambre después de una siesta suave, jejeje. Este era nuestro aspecto (Rhea la más guapa :P ) en la misma puerta del ayuntamiento donde se exhibía esta puerta con motivo de la feria de la ciudad.

Nos fuimos a una plaza conocida por estos, la Plaza de María Pineda, donde después de dar varios tumbos buscando mesas en terraza libres para todos, decidimos quedarnos dentro del local llamado La esquinita de Javi, nada que ver con nuestro Javi.

El sitio estaba muy bien, pero no tenía aire y el calor era evidente, encima era un sitio donde se servía casi todo frito, y claro, era aún peor, pero bueno, no había más sitio y nos quedamos de igual manera. Nos pedimos unas cuantas tapas : calamares, merluza.... no sé, muchas cosas y muy buenas todas.

Al acabar, salimos de nuevo a la plaza y estos decidieron sentarse en otro local que había ahí mismo, un asturiano para ser más exacto.  Volvimos a pedir, a beber y comer y desde ahí, a tomar algo más pero esta vez al centro cerca de la Alhambra, un local llamado Huerto del Loro.

Las vistas de este local eran una auténtica pasada. Las casas de fachada blanca al fondo de la montaña, justo enfrente de la Alhambra, parecían un decorado de película. La temperatura era perfecta, incluso un pelín fresca diría yo, pero se estaba de miedo.

Encontramos una mesa, nos pedimos unas copas y nos pusieron tapa de kikos con gominos (nosotros felices, tanto que Rebe pidió que nos pusieran más, jeje). Estuvimos alrededor de una hora disfrutando de las vistas y el fresquito, y de ahí nos fuimos directos de nuevo a la plaza de Sta. Ana a coger un taxi para ir a casa.

Rebe y Gonzalo tenían mono de feria y se desmarcaron los dos en un taxi, porque además habían medio quedado con unos amigos en ir a una caseta. Nosotros tuvimos algo de conflicto con el taxi,  porque nos cruzamos al camión de la basura y tuvimos que bajarnos e ir andando a buscar otro taxi en otra calle. Finalmente llegamos a casa, y de ahí a la cama sin pestañear, estábamos reventados. Yo ni me enteré de cuándo entraron estos dos más tarde (a las 3am según nos dijeron).

Domingo 11

Como el día anterior, Rhea y yo nos despertamos antes empujados por el calor que ya pegaba, aunque esta vez espabilamos y dejamos la ventana abierta.

Nos preparamos el desayuno y como dos tontos lo tomamos en la cocina para no hacer ruido. Antes de terminar se levantaron Marta y Javi y nos preguntaron que por qué no habíamos ido a la terraza a tomarlo. Cierto es !!! no se nos ocurrió, y eso que la mesa estaba ya casi preparada fuera para darse el placer de desayunar con la salida del sol.

Bueno, sea como fuere, mientras ellos desayunaban, nosotros nos tumbamos en el sofá improvisado con pales que tenían en la misma terraza. Yo casi caigo redondo otra vez, jejeje.

El plan para hoy no era otro que subir a la zona del Albaicín, la que está justo enfrente de la Alhambra, donde teníamos las vistas la noche anterior desde el local del Loro :) Salimos de casa caminando, pero Javi rápido se dió cuenta que era mejor ir en coche y fue con Marta a por él. Nos fuimos directos al centro y lo dejamos en el parking. Desde ahí empezamos andando por donde el día anterior, es decir, Plaza de Sta. Ana y por ahí giramos por una calleja que empezaba a subir y subir, y subir.

La verdad que esta calle era una pasada, llena de bazares a ambos lados donde poder comprar de todo y fumar de todo también, jeje.

Los primeros locales de tapas nos dieron hambre, pero no picamos y seguimos subiendo, porque todavía eran las 11 y poco.

Seguimos subiendo por callejinas estrechas y buscando la sombra de cualquier cosa para evitar morir deshidratados.

Tras una media hora subiendo, llegamos al lugar esperado y que el día anterior habíamos visto desde la Alhmabra, el Mirador de San Nicolás.

Ya estaba llenos de gente, como era de esperar, y nos empezamos a sacar fotos como locos con la Alhambra de fondo. Tras un rato retratándos, nos dimos la vueta y nos quedamos directamente en el primer local de tapeo que había ahí arriba y con una mesa para 6.
El local se llamaba como la propia plaza, así de fácil, y tenía docenas de chorros de agua fresca saliendo cada 5 segundos. Imaginad el calor que haría para que fuera con esa frecuencia y no mojase nada.

Nos pusimos hasta atrás (otra vez), menos Javi que estaba algo tocado del estómago, pero los demás no respetamos a nadie, jeje. Sobre las 3pm ya no podíamos más de calor allí mismo y nos levantamos y pusimos rumbo de vuelta a por el coche, porque a las 5 teníamos que salír rumbo al aeropuerto de regreso a Barna, y ellos en coche a Madrid.

Recogimos el coche del parking, llegamos a casa con casi una hora de tiempo libre y nos tumbamos todos tranquilamente a ver a Rafa Nadal jugar la final de Roland Garros contra Wawrinka. Menos mal que Nadal se lo merendó en 3 sets porque éramos incapaces de separar la mirada de la tele. A las 5 y poco estábamos saliendo con el coche dirección al aeropuerto.

Nos dejaron a los 2 allí, en el fuego absoluto de Granada, porque ese día era imposible estar por la calle, y nada más entrar al aeropuerto ya estábamos de frente a la puerta de seguridad.

Entramos, nos tomamos una cola en el bar y salimos a la hora, si a la hora con Vueling, increíble verdad, pues yo puedo contar que lo he vivido, jajajaja.

Buen viaje, buena compañía, buena comida, ¿Qué más se puede pedir?


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