Friday, December 8, 2017

New York - Friday 8th - Adiós

Tristemente hoy se acababa el viaje más importante del año (junto con el de Asia), y es que a las 6pm nos íbamos a casa de regreso.

Nos levantamos como de costumbre entre las 6.30 - 7 y nos pusimos a cerrar maletas y hacer últimos cambios en las maletas para dejarlas en la consigna del hotel.

No quisimos irnos sin probar el desayuno del Bubby's justo al comienzo de los highlines. Teníamos que volver al mismo sitio, pero bueno, no era problema, o eso pensamos hasta que entramos al metro, jajaja.

Pensábamos que el ticket de metro era para 7 días desde que lo usas por primera vez, pero no son 24h como tal, sino desde el primer uso hasta las 12 de la noche cuenta como un día entero, es decir, que si lo usas a las 11pm por primera vez, has perdido un día completo en una sola hora. Ladrones!!!

Bueno, todavía teníamos la tarjeta de transporte que nos había dejado mi amigo Jorge por si acaso, con algo de dinero. Le metimos otros 5$ y a cascarla. La verdad que en algunas entradas/salidas hicimos un poco el gitano y entramos sin pagar, pero es que nos habíamos dejado una pastísima en el bono semanal y encima nos querían robar el último día, no señor!!

En fin, llegamos al Bubby's sin prisa y nos sentaron enseguida. Ya había mucha gente y todo lo que veíamos que estaban comiendo parecía estar de muerte.
Esto era lo que se había pedido Rhea dulce para desayunar. Era para compartir, pero aún así asusta de verlo, y es que estos americanos no tienen medida de las cosas, porque te ponen demasiado, que al final acaba en la basura.

Cayeron los zumos habituales y nos dedicamos a ver fotos del viaje durante un buen rato, la verdad. No teníamos mucho más que rascar o ver como para que fuera rentable el paseo.
Nos subimos hasta la zona de Columnus Circle otra vez, dimos una vuelta, recogimos los últimos regalos con los que no quisimos cargar el día anterior (ya casi nos conocíamos el sitio de memoria, jeje) y nos pusimos en marcha hacia el este del parque.

Sólo nos quedaba por ver el Upper East Side de Manhattan. ¿Que por qué?, pues porque había otro local famoso de una película de la ciudad llamada Serendipity. Seguramente le sonará a mucha gente, pero a mi porque había visto en casa la película antes del viaje, sino de oídas. El caso es que nos pegamos una buena pateada y se nos echaba el tiempo encima, pero como el tren que nos venía bien estaba al lado de este sitio, no nos importó.

Cuando llegamos, el sitio estaba petadísimo. No me lo imaginaba como era, es decir, una especie de tienda de regalos y dulces al principio, en un pasillo muy estrecho, y al final la cafetería como tal. Entramos y salimos en 10 segundos, era imposible pasar. Lo mejor, que también nos cruzamos con Bloomingdales por el camino, que era otro sitio que queríamos ver. ¡¡2 pájaros de un tiro!!

Dimos la vuelta sin más y nos fuimos a la línea verde para bajar a Brooklyn, para comer por la zona e irnos al hotel a recoger las maletas de la consigna. Sin darnos cuenta, nos pusimos a pasear por la zona del Barclays Stadium del barrio y nos encontramos con un Shake Shack. Yo no opuse ni resistencia ya, me daba igual, era la última comida y por qué no, una hamburguesa para acabar con el viaje.

La acabamos, nos fuimos de camino al hotel con las bolsas de los últimos regalos mientras pedíamos un Uber que nos llevase al aeropuerto, porque realmente con todo el peso que llevábamos, volver al metro y petarnos una hora bajo tierra en ese metro, nos daba dolor de cabeza. Recogimos las maletas de la consigna y justo llegó el Uber a la puerta, justo a tiempo.

Era un chico joven, que resultó ser Egipcio, después de todas las coñas con Rhea y su cara de mora apellido, fue gracioso. Nos estuvo contando un poco su vida, donde vivía, lo que se pagaba en Queens por una casa de 3 habitaciones (fyi 2500$, the fuck!!!) y empezamos incluso a hablar de política, de Trump, jajaja tuvimos un viaje curioso, que duró alrededor de 50 minutos.

Al llegar al aeropuerto, guardamos las cosas que habíamos comprado por la mañana y todavía llevábamos encima y nos pusimos a la cola de facturación, porque el billete que nos habían imprimido en la ida no valía, qué raro, nosotros sin problemas, en fin... tras esto hicimos cola y esperando, esperando, esperando, esperando, zas!!! me tuvieron que revisar la mochila, ¿que por qué?, ni idea, debo tener cara de imbécil mala persona o no sé.

Yo me tomé un café de Starbucks con un bizcocho mientras Rhea apretaba una pizza en el aeropuerto, ya que habíamos llegado con tiempo de sobra por si acaso. El vuelo de vuelta era por Londres, y la verdad que el primer tramo se hizo muy ameno, porque fueron unas 5h y media, solo si. Fueron apenas 55 minutos de espera en Heathrow y pum, vuelo a Barcelona en un avión más pequeño esta vez, pero eso si, sin preocuparnos por maletas.

Al llegar a Barcelona, nos fuimos al Aerobús, para el cual ya teníamos el billete comprado, y cuando nos acercamos al bus que estaba esperando, cierra las puertas y se va, jajaja en nuestra cara, cabrones!!!! estábamos reventados y con ganas de pillar cama o sofá.

Al llegar a Plaza Cataluña, nos subimos al primer taxi de la cola y vaya 10 minutos de trayecto que nos dió el tipo. Era muy raro y empezó a contarnos que si eramos sus terceros clientes del día desde las 6am (eran las 11am) y como con sarcasmo que no le compensaba o yo que sé. Empezó a decir que no le daba tiempo ni a ir al baño, pero si a lavarse las manos, que eso siempre hay que hacerlo, jajajajja, surrealista del todo... y luego que si su madre se había muerto joven de cáncer y tal.... yo no sabía donde meterme, con el sueño que tenía encima. Contándonos que estuvo en NY también en el verano pasado, donde durmió, cuánto pago, etcétera... ahí llegamos y nos deshicimos de él definitivamente, joder vaya chapas!!!!

Al final, tocó sofa, dormir como 12horas o más, por la noche más todavía y gracias que era sábado, que sino, el primer día de curro habría sido insufrible.


No comments:

Post a Comment