Friday, February 19, 2016

Primera calçotada de la temporada

Pues sí, ya me he hecho un poco más catalán al probar lo que se denomina por aquí "calçotada".

Llevábamos tiempo queriendo llevar a nuestro PO (jefe suizo) a comer una típica de aquí, ya que cada 3 semanas nos reunimos con él, esta vez pensamos sería bueno ir a la hora de comer, más que nada porque una calçotada te puede matar hasta la siesta :)

A las 14.30 nos hemos ido de Roche hacia la masía Can Ametller, que queda muy cerquita de la empresa, y como muchos tienen coche pues más fácil.

Coincidió también que venía el ex-becario de nuestro proyecto, como despedida informal, aunque cualquier escusa es buena para meterse una buena zampada, jojo (Engender billets dedicados al becario como finiquito).

La verdad que para 3 o 4 era nuestra primera calçotada, y fue menos de lo que me esperaba para ser honesto.
Como se puede apreciar en la imagen del propio restaurante, un calçot no es más que una cebolla alargada que se prepara con el fuego de una barbacoa, pero encima de una teja, sin que llegue el fuego a tocarlos, porque sino se queman. En nuestro caso, la primera ronda se quemó bastante y fue bastante incomestible, pero bueno, como dijeron que había barra libre de calçots pues seguimos pidiendo hasta que trajeron más en condiciones.

Para comerlos, hay que sujetarlos como en la imagen por la parte de arriba y pelar la zona quemada hacia abajo como un plátano, el resto, lo mojas en la salsa roja especial que acompaña y para dentro.

Ahhh!!! cabe reseñar, que antes de empezar te dejan un sobre encima de la mesa, que al abrirlo, contiene un par de guantes de plástico como los del súper para la fruta, un delantal de papel y una bolsa de limón para limpiarse las manos después. Esto puede dar una idea de lo cerdo que te llegas a poner comiéndolos.

Cuando el fuego se hace brasa, con ese mismo calor preparan el segundo plato: cordero, entrecot, bacalao, etcétera....

Cuando llegó este plato ya casi estábamos reventando, porque como buenos catalanes, te dejan una especie de cenicero en la mesa con dos tomates y ajo para que te montes tu propio pan tumaca, así que nos hinchamos a pan.

El segundo venía con una alcachofa hecha al mismo fuego, alubias blancas y la carne a elegir con una patata cocida, vamos, lo que quedaba para morir.

Luego nos metimos el postre, café, bla bla bla.... y todo esto mientras vaciábamos a la camarera y demás clientas del local... nos metes a 13 tíos juntos y es lo que pasa, jajajja...

Al final la broma no fue barata, 36.5€ pagamos cada uno sumando bebidas (vino, cervezas, refrescos..) pero así es Barcelona, y en especial esta masía, donde he visto que visita hasta el presidente del F.C.Barcelona en algunas fotos...

Llevo unas 6 horas de digestión y todavía me está costando. La mezcla es explosiva aunque de vez en cuando, merece la pena probar cosas de la tierra y hacer un poco de team building con los compañeros.

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