Tuesday, April 12, 2016

Thailand trip: Domingo 3 de abril

2º día en la isla de Koh Samui, y después de tanta moto el día anterior, hoy nos apetecía un poco de playa y por eso, Joana, Rober y yo nos levantamos a las 9am para ir tirando a la que se suponer teníamos que haber ido el día anterior. Esta vez, con la lección aprendida y un poco más orientados, ya teníamos claro por dónde tirar para llegar.

Al ir a desayunar nos cruzamos con Mol que estaba desayunando antes de ir a hacer un poco de buceo. En teoría pensaba ir desde las 9 que le recogían hasta las 4pm o así, tiempo que nosotros queríamos estar en la playa tomando el sol tranquilamente.

La noche anterior que yo no salí, algo debió pasar porque estaba la cosa un poco tensa. Tenía algo que ver con el comportamiento de Mol del día anterior y creo entender que Joana explotó y le dijo a la cara algunas cosas, jeje, pero bueno, no pasa nada, somos amigos y las cosas hay que hablarlas. Lo arreglaron, y de hecho por la mañana se saludaron y todo bien.

Volvimos a desayunar en el mismo sitio, y de ahí a la playa Lamai directos con la moto. Una curiosidad del país fue la poca seguridad que le ponen a todo. Cuando fuimos a por la moto, estaban soldando una caseta de estas de venta callejera a modo de kiosko, pero claro, el techo era medio de paja y el tío estaba subido a una escalera


La verdad que la playa era lo más parecido a una Española, con las olas rompiendo en la orilla, poca gente y un color de agua algo turbio debido al oleaje, pero bueno, se estaba muy bien. Habíamos aparcado la moto en un callejón cercano y nos fuimos a pocos metros de distancia a poner las toallas.

La verdad que pasamos casi todo el rato entrando y saliendo del agua por el calor que hacía, mientras pasaban por delante tailandeses vendiendo de todo, pad thais, helados, spring rolls y más.

Sobre las 12.30, Rober y Joana decidieron ponerse a la sombra porque ya le daba de narices aparte que a esa hora pega en ángulo recto desde arriba. Aprovechamos para acercarnos al chiringuito que había justo al lado, (de donde Rober sacó la wifi) y tomarnos unos shakes de frutas que estaban de muerte. Joana pidió un coco por eso de probar de todo, pero fue un fail, porque el agua de dentro no sabía a nada e incluso la fruta en si era insípida.

Cuando nos tomamos 2 batidos de esos, yo me puse un poco de crema y como no soy mucho de estar tumbado me fui caminando hasta el final de la playa por uno de los extremos, hasta llegar a unas rocas. Más tarde me enteré que si hubiera seguido un poco más habría llegado a una atracción turística llamada Hin Ta & Hin Yai Rocks que son una representación natural en la roca de los órganos masculino y femenino.

Volví y allí estaban todavía estos dos a la sombra de una palmera. Eran ya sobre las 2 pm y decidimos ir a comer si Oskar no venía pronto, porque le habíamos dejado algún mensaje en el grupo de whatsapp por si se levantaba pronto, que supiera dónde estábamos, pero no daba señales de vida hasta que de repente, despertó y tal y dijo que venía, pero con lo que iba a tardar decidimos no esperarle.

Mientras esperábamos, una cosa que me pasó, sin ánimo de ser escatológico, fue que a partir de la segunda semana, no sé por qué, pero al comer cualquier cosa, el estómago me pedía guerra (o enviar faxes, como lo decíamos nosotros coloquialmente ). Era una sensación rara, y encima estábamos en la playa, rodeados de resorts, así que me puse a buscar rápidamente entre los bungalows de alrededor un baño, incluso pensé en meterme en una de las habitaciones sin que me vieran, pero al final encontré un baño público en uno de los resort, porque aquí todo está abierto de par en par al público.

Al llegar a la playa, leímos en un cartel descuentos del 20% en comida en un resort y nos fuimos de cabeza. Resultó ser algo más caro incluso con descuento, pero bueno, un día es un día y nos quedamos.


El restaurante se encontraba en la parte de la playa del hotel Summer Inn, junto a la piscina. Cuando estábamos casi acabando aparece Oskar, sobre las 3pm, había estado hablando con la novia por Internet y demás (menos mal que no lo esperamos, porque sino...). Se pidió la comida mientras acabábamos y nos lavábamos los dientes. Luego nos tumbamos en la arena para captar los últimos rayos de sol, porque esta playa lo único que tenía era la orientación este, es decir, si se hacía de noche a las 6pm, en esta playa incluso antes, a las 5 ya no quedaba sol, porque se ponía el sol por el otro extremo de la isla.

Rober aprovechó para hacer el paseo que hice yo por la mañana y yo me fui hacia el extremo opuesto a ver lo que había. La verdad que no había mucho que ver, los resorts se acababan rápido y solo se veía basura por todas partes. Aparte, cuando empezó a bajar el sol, las playas empezaron a llenarse de basura y algas arrastradas por la marea. Los que trabajaban en los restaurantes se apresuraban a sacarlo todo con sacos, pero había demasiada mierda.


Cuando el sol estaba casi cayendo, yo pensé que sería buena idea acercarme con la moto a ver las piedras estas que comenté antes, porque estos estaban durmiendo en la arena (Oskar incluso roncando) y me aburría de narices por no decir otra cosa. Mientras me escapaba, se despertaron y me hicieron esperarles, encima Oskar no encontraba la moto y al final se hizo de noche sin poder ir a ver las rocas (20 minutos esperando). Así que ya les dije, mira, tirad para el hotel, porque cuando lleguemos es de noche.

Antes de llegar al hotel, nos llegaron algunos mensajes por whatsapp de mol diciendo que había tenido que ir al hospital porque las heridas del pie no tenían buena pinta, y efectivamente tenía una infección guapa, de no cuidarlas. Le recetaron antibióticos y no bañarse en absoluto para que se recuperase (esto le dolió más que las heridas en si, porque todavía quedaba una semana de playas y sol).

Como estaba algo cojo cuando volvió del hospital, decidimos cenar allí al lado del hotel, básicamente donde la noche anterior, sin ningún misterio. Aparte que casi casi cenamos lo mismo. A Rober le gustó lo que pedí yo el día antes y me copió, jejeje.

Como todavía nos quedaba esa noche de moto, decidimos volver a la zona de fiesta pero esta vez a tomar algo de tranquis y volver pronto. Acabamos comprando camisetas y pijadas varias. Tomamos algo en el Legends Bar y vuelta al hotel, porque además nuestra moto, que iba con gasolina gratis, se estaba secando y no quería quedarme tirado por el medio de Koh Samui.



Al día siguiente nos tocaba ya coge el ferry a tierra firme, dirección a Krabi, así que todos a cerrar las mochilas con, cada vez más regalos :D.

Reseña del sitio: aquí hice una foto al baño del hotel para que se vea como eran, porque aquí el papel higiénico no siempre existía, y además no se debía tirar al váter, porque no había alcantarillado como en el resto del mundo, es decir, toda la porquería solía ir a unas fosas, donde periódicamente un camión recogía y llevaba a un lugar donde poder tratarlo.


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