El autobús iba medio vacío y fue gracioso porque los autobuses en Tailandia son muy raros, es decir, tienen todos como dos plantas, la de arriba de asientos normales que se comunica con el conductor por la primera fila donde hay una especie de terraza, y la planta de abajo es normalmente un baño y sofás con mesas para ocio. En el tema baños no he entrado todavía pero en algún post entraré en detalle, porque tela (por supuesto no lo digo como un problema, sino que el país es así y hay que adaptarse a su cultura).
Seguramente es un sitio de paradas habitual porque paramos como 6 buses a la vez y los dueños estaban allí sentados con sus hijas esperando a que lloviese. Esa es otra, en Tailandia los negocios familiares están a la orden del día, y los niños trabajan como otro cualquiera, aunque tengan 6 años. Es una pena, pero parece que esos niños no van ni a la escuela porque siempre están alrededor.
Paramos 1 hora y nos dio tiempo a comer algo y a comprar algo más, porque sino hasta llegar a Koh Tao iba a ser una pesadilla (aunque lo fue de todas maneras). Sobre las 4am llegamos al puerto de Chumphon totalmente destrozados y claro, hasta las 6.30am no salía el primer ferry así que nada, a hacer tiempo como idiotas en el muelle.
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