Sunday, April 10, 2016

Thailand trip: Martes 29 de marzo

Mientras esperábamos a que el ferry arrancase, porque realmente estaba físicamente allí en el muelle, decidimos ir a verlo porque se podía subir sin problemas. Nos subimos, hicimos alguna foto y mientras nos dejaban de llegar pequeñas embarcaciones de pescadores.

Aquí mol, iba haciendo el tonto con un láser verde que se compró en Bangkok por 200B y tropezó con una piedra rompiéndose una uña grande del pie derecho, jajaj, la joda que nos dio todo el viaje no tiene nombre...

A las 6.20am empezamos a subir al ferry. Como ya teníamos todo contratado desde Bangkok, solo tuvimos que enseñar los papeles que nos dieron y otra pegatina para el pecho :D
Justo cuando el sol empezaba a verse en el horizonte, arrancamos desde el puerto, el cual estaba bastante lleno de mierda (botellas de plástico, papeles y mierda varia flotando) gracias a esos turistas respetuosos.

Al principio nos quedamos en la proa con el viento en la cara, junto a un chico canadiense que habían conocido los tres tenores en su noche de juerga por Bangkok (Carrol se llamaba).


Todo parecía muy divertido porque el barco apenas se movía, pero cuando pasaron unos 30 minutos, la mar se empezó a picar y festival de botes, sin exagerar yo diría que a veces oscilaba unos 5 metros. El problema era que dentro del barco hacía un frío de cuyons. Incluso los que trabajaban en el barco estaban en la planta inferior durmiendo en sacos típicos de zonas polares porque ya sabían lo que tocaba. Yo a duras penas pude sacar una sudadera de la mochila y gracias.

Fue bastante gracioso porque se nos olvidó pillar las pastillas anti-mareo y claro, je je, a la hora el estómago era una fiesta de escándalo. Yo me fue a la popa a ver si se me pasaba pero quedaban 2 horas de viaje y estaba bastante tocado. Finalmente baje a la planta inferior con mi chaqueta (previo paso por la proa a por mi mochila, cámara, móvil y chaqueta casi vomitando el desayuno) y con un poco de suerte, me quedé dormido como una hora y media. Cuando desperté, el barco estaba ya aproximándose a la costa de Koh Tao.

Estaba completamente congelado de dormir abajo, mi brazo dormido de usarlo de almohada y mareado. Subí a la cubierta y el calor de fuera me ayudó a equilibrar la temperatura. La verdad es un milagro que no me haya puesto enfermo en todo el viaje con el AC de todas partes,

Sin tiempo para pensar y caminando entre decenas de personas que esperaban el ferry para ir a la siguiente isla, nos adentramos en la misma donde nos esperaba un coche que nos llevaría al hotel acordado, Carabao Diving.

 Vistas desde el hotel

Yo no tenía el cuerpo para fiestas así que les dije a estos que me iba a dormir porque me daba todo vueltas. Mientras tanto ellos se fueron a la playa a bañarse.

Unas dos horas más tarde me desperté ya algo mejor y nos fuimos a alquilar una moto para recorrer la isla, ya que en las islas no necesitas carnet, ni casco, ni nada en absoluto, no hay ley. De hecho, cuando te la alquilar, te piden solo el pasaporte, 150B y te dicen que no tiene seguro, que tengas cuidado con lo que haces.

Le pusimos 40B de gasolina a la moto en la propia tienda, porque vienen casi vacías y la tía dijo que en la gasolinera es siempre más cara (mentira y gorda, estaba a 29B/L). El caso es que empezamos a recorrer la isla hacia la derecha, pasando por Freedom beach y un par más, hasta que llegamos a una pequeña cala con árboles a pie de agua y nos quedamos un rato bañándonos (Joana siempre con mucho cuidado de los ojos). Para que veáis como era el sitio, había hasta gente con drones grabando desde el aire.

Al acabar nos subimos a la moto y empezamos a recorrer la isla en sentido contrario hasta que nos desviamos por una carretera que era una pasada, parecía Jurassic Park. Acabamos dando a una playa llamada Sai Daeng Beach que tenía muy buena pinta, pero el problema era que estaba en la zona este de la isla y el sol se había ido ya, con lo que no apetecía bañarse.

Nos quedamos un par de minutos y vuelta a la carretera general de camino hacia el norte donde nos fuimos en busca de más playas hasta que encontramos un resort enorme llamado Koh Tao Coral Resort. Justo antes de desviarnos para entrar, mol se medio cayó de la moto porque resbaló con la arenilla que había en la carretera como consecuencia de las obras que estaban haciendo de mejora. No se hizo mucho, un par de raspones en un pie  y un tirón en el brazo de aguantar la moto. La moto llevó la peor parte ya que se raspó entera por un lado (aquí en tema del seguro, if you know what I mean).

Sin más, decidimos atravesar el complejo hotelero sin corte ninguno y por supuesto, nadie nos dijo nada. Aparcamos la moto dentro y bajamos a la playa. Parecía Ibiza, con las típicas camas a pie de playa, jardines increíbles y una playa muy bonita, un poco sucia de los barcos, pero bien.
Ya quedaba poco para anochecer como se ve en la imagen, pero aún así no nos fuimos sin probar el agua. Cabe decir que las playas de Tailandia, la mayoría vamos, son de coral y muy poca arena, con lo que caminar por ellas duele que da gustito. Esta en concreto era arena pero al entrar al agua había varias rocas que no hacían mucha gracia.

Después de hora y media en el agua, subimos a las motos y vuelta a la civilización, pero no de vuelta al hotel, sino que nos detuvimos en una zona de extranjeros para cenar, concretamente en un restaurante llamado Cindy's.

Al acabar y ya que estábamos por la zona con música decidimos acercarnos a la playa donde se veían luces, fuego y gente. Efectivamente era el Resort Lotus que tenía un bar a pie de playa con espectáculos en directo de fuego y un DJ pinchando. Estuvimos un rato, y rápidamente para el hotel  a dormir sobre la 1 o 2am, que el día y la noche anterior habían sido largos, aparte que mol tenía las heridas del pie y no podía andar mucho danzando.

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