Saturday, April 16, 2016

Thailand trip: Viernes 8 de abril (Bangkok part)

El avión que nos llevó a Bangkok desde Krabi era una especie de Ryanair, de 3-3 asientos y la verdad que para un vuelo de una hora, estuvo perfecto. Tenía aspecto de ser totalmente nuevo y te daban un snack a mitad de vuelo, no se podía pedir más por un vuelo de 25€.


Esta vez no volábamos al aeropuerto al que llegamos desde España, esta vez era el Don Mueang International Airport al norte de la capital. No teníamos claro cómo íbamos a llegar al Rambuttri hotel para dormir la última noche pero tranquilamente aterrizamos y nos fuimos a la salida. Allí vimos cómo una empresa ofrecía un ticket de autobús directo a Khaosan Road, esos es, la calle por donde salíamos de fiesta los primeros días del viaje, qué suerte!!!

El autobús fue barato, no me acuerdo cuánto, pero pudieron ser unos 300B ida que por una hora de bus no está nada mal. Nos montamos y directos al hotel. De camino, mol que ya se le veían las ganas de fiesta, se puso a hablar con el que estaba a mi derecha, que era argentino y viajaba solo. Se hicieron amigos y acabaron saliendo de fiesta juntos.

Rober, Oskar y yo decidimos irnos con un tuc-tuc a la zona de compras por excelencia de Bangkok, una zona donde se concentran tres de los centros comerciales más grandes del sudeste asiático: MBK Center, Central World y Siam Paragon Center.
Rober quería is al Siam primero a comprar un IPad, para ahorrarse el IVA y tal, mientras Oskar y yo nos fuimos a otro a mirar algún pantalón vaquero. Tuvimos mala suerte porque cerraban a las 9.30pm y llegamos a las 9 menos 10 o así. Estaba todo cerrado al 95%... Oskar compró unos vaqueros y Rober el IPad, eso fue todo. Yo tuve suerte y encontré algo para mi prima Valeria en la misma calle de camino al taxi.

Al final acabamos volviendo a Khaosan Road en taxi, al cual le pedimos que pusiera el taxímetro o que nos cobrase menos de lo que pedía, al final accedió, jeje (ese es el truco, pedir el taxímetro).

Cuando llegamos, Joana y Mol estaban desaparecidos por alguna parte, con lo que aprovechamos para ir a cenar a un restaurante que había probado Oskar ya que era muy barato. La verdad que ni tanto, fueron 90B por una cena a reventar.


En esta imagen de Google Maps, se puede apreciar el sitio donde comimos, tal vez por eso era tan barato, no? pero bueno, la gente era muy amable y la comida estaba buena. Justo enfrente del Gecko Bar.

Al acabar de cenar seguimos con nuestras compras de camino al hotel: camisetas, cuadros, figuras, calzoncillos, etcétera, de todo. Lo dejamos todo en el hotel y salimos a Khaosan Road a seguir buscando cosas para comprar y deshacernos el dinero restante que teníamos.

Al llegar a la calle, sorpresa!!! ahí estaban los dos amantes de Teruel, Joana y Mol. Estaban ya bebiendo cerveza en un local de la calle, la cual por cierto, estaba a reventar, mucho más que cuando nosotros llegamos a finales de marzo.


La verdad que yo me empecé a agobiar con tanta gente y le dije al Rober que me compraba una camiseta más y me volvía al hotel a preparar la mochila y ya. Oskar decidió quedarse con estos bebiendo una sola cerveza porque le dolía la cabeza, y se quedó con una llave de la habitación que compartíamos con Joana, y este se quedó la otra.

Sabía que me la iban a liar, pero Oskar insistió en que se tomaba una cerveza y se volvía a dormir a la habitación. Cuando llegamos al final de la calle, Rober y yo en lugar de volver atrás decidimos volver por otra calle que estuviera menos petada y llegamos a la habitación. Allí no había ni cristo y tuve que volver a la calle a por las llaves, dejando todo en la habitación de Rober claro.

Al llegar a la calle estaban los tres todavía de cháchara y bueno, quise matar a alguien, pero hay que entenderlo, es la última noche, Mol se quedaba una mas solo y se estaban despidiendo. Nos costó otros 10 minutos despedirnos, porque son muchos meses sin vernos, y quién sabe cuándo nos volveremos a ver en otra de estas.

Al regresar al hotel, fui donde Rober por la ropa, subí a la habitación a ducharme, terminar la mochila y poco mas, a dormir (o intentarlo, porque los nervios del último día no nos dejó mucho). La verdad que nos costó cerrar la mochila a todos, porque íbamos llenos de regalos, cremas y demás historias.

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