Monday, December 5, 2016

París 2016 - Parte III - Lunes 5

El lunes nos levantamos con la idea de visitar la colina al norte de París, donde se encuentra la basílica del Sagrado Corazón o Sacre Coeur. Aparte podríamos visitar varios puntos que teníamos marcados en esa misma área.

Nos pusimos en marcha desde el hotel como siempre, y esta vez nos fuimos a desayunar al lado de la basícilca. Tomamos el metro línea 5 hacia el norte y nos bajamos en la estación de Stalingrad, y ahí hicimos trasbordo a la línea 2 azul con destino a la Place de Clichy.

Al salir, sólo tuvimos que caminar unos 200m para encontrarnos ya con el famoso Moulan Rouge, aunque de día pierde bastante la verdad, pero bueno, te hace ilusión.

Justo en la misma esquina, subiendo por la Rue Lepìc, nos damos de frente contra una cafetería muy conocido en el mundo del cine, la de Amelie, llamada Les deux moulins. Yo casi no me acuerdo de la película, porque la vi hace muchos años, pero a Rhea le hacía más ilusión y a mi solo me importaba que tuvieran desayuno, jajaja.

Nuestra idea era desayunar un chocolate y unos croassants sin mucho más, porque luego queríamos ir a un brunch en la misma zona, y claro si te cebas luego no comes.

Dicho y hecho, nos comimos los Croissants y el Pan du chocolat, como llaman ellos a la napolitana, y salimos del café porque no había mucho más que ver, tenían algo de decoración en el baño y una foto muy grande de la película en una esquina, y ya.
Seguimos calle arriba y giramos hacia la derecha en la Rue des Abbesses intentando llegar a la basílica, lo cual fue fácil porque estaba indicado y porque varias personas ya iban en la misma dirección. Tras unas cuantas escaleras, llegamos a la base de la basílica donde había ya algo de gente, pero todavía se podía estar por los alrededores sin mucho agobio.

Las vistas estaban de maravilla aunque podían haber sido mejores sino fuera por la bruma que existía por toda la ciudad, y la polución presente en las capas más altas, por supuesto.

Nos dimos un paseo por dentro de la basílica, cuyo acceso era gratuito, pero eso sí, como en todas partes en París, registro de bolsos y de ropa a la gente, por posibles ataques...digo yo.

La basílica era una pasada, no era muy antigua, data de principios del siglo XX pero tenía un toque medieval. Contaba con dos plantas, aunque la planta de abajo no tenía mucho, eran simples pasillos, que además estaban en obras, y también servía como salida de la subida a la torre principal, lo cual nos dimos cuenta después al bajar.

Aquí hay una anécdota muy graciosa y es que subiendo las escaleras de la foto, primero me tropecé yo, y luego Rhea que se quiso reír de mí, se tropezó también, jajaj, pero lo mejor es que cuando bajamos de la torre, se volvió a tropezar en el mismo sitio, pero esta vez cayó de verdad, vamos que tuvo que apoyar las manos, jejejeje (me río porque no le pasó nada ehh)
Salimos a la calle y vimos que la gente bajaba unas escaleras que daban a un mostrador, y pensamos que tal vez era por ahí para subir a la cúpula, y efectivamente. No me acuerdo de cuánto fue, creo que 6€ cada uno. Aquí os muestro un poco de la bajada en un timelapse, pero bueno, os podéis hacer una idea de la subida, que después de la del día anterior de Notre-Dame, nos tenía un poco ya reventados.


Estuvimos arriba unos 30 minutos, porque tenía vistas 360º y se veía todo genial, encima había música de ambiente en la entrada y bueno, estaba muy chulo el sitio para las vistas. Pudimos estar más tiempo, pero el frío que hacía tampoco ayudaba, así que bajamos y nos fuimos a dar una vuelta por las calles de alrededor, ya que es una zona conocida por ser muy bohemia, de artístas que se dedican a pintar caricaturas de tí, o hacerte un retrato. De hecho hubo momentos en los que tenías casi que correr para evitarlos porque había decenas.

Hay que decir que muchos de los cuadros que hacían (algunos de casi 1000€), estaban pintados muy bien, algunos eran casi como fotos hechas a mano, una pasada, pero claro, gástate tu 100-1000€ en un cuadro para que se te rompa en el viaje...

Después de un rato dando vueltas por allí, comprando algunos imanes de regalo y tal, decidimos emprender el regreso para comer el brunch, era ya la 1pm y algo. Nuestro destino elegido era el restaurante Coquelicot.

Antes de nada, como no somos nada golosos, mientras bajábamos las escaleras del Sacre Coeur, vimos una chocolatería que nos llamó la antención y como teníamos hambre a rabiar pues nos compramos unos macarons, típicos de la zona y de medio mundo hoy en día claro. La tienda tenía réplicas de monumentos en chocolate, sin sentido:

Seguimos bajando por la misma calle, vimos a unos trileros (madre mía cómo la gente puede seguir cayendo en estas mierdas, porque es que encima apostaban de 50 en 50€), y encontramos un puesto de información al que fuimos a preguntar por el Paris museum pass, y lo compramos. También preguntamos por los mercados de navidad típicos porque encima se supone que había uno por la zona, pero nos dijo que lo iban a montar justo la semana siguiente, pero que habría otro en los Campos Elíseos. Regresamos calle arriba pero giramos antes de llegar a la tienda de chocolate.

Nos detuvimos primero a ver un jardín que no teníamos en la lista, pero parece ser famoso también porque estaba lleno de gente, y era el jardin Del mur des Je t'aime.

Al salir, Rhea compró algún regalito mas en otra tienda y seguimos calle de Abbesses por donde habíamos subido pero en sentido contrario. Nos perdimos un poco para encontrar este sitio, pero cómo no, estaba cerrado, merde!!! Miramos en un par de sitio más alrededor, pero resulta que los brunch son solo los domingos en París, o a veces los sábados, pero resulta que era lunes, así que decidimos poner rumbo a La place de Clichy (donde salimos del metro) y de ahí decidir.

Pasamos por delante del café de Amelié otra vez, seguimos bajando y justo cuando estábamos en frente del Moulin Rouge, vimos un restaurante muy chulo que tenía un menú de hamburguesas muy bueno, el Rouge Bis. Totalmente recomendado, con una gente muy amable, que habla inglés y encima es que la carne era impresionante, sin palabras, mejor ver la foto.

Como se puede ver, son 2 pedazo hambuerguesas que pedimos para compartir con su guarnición y ensalada. Acabamos casi rodando y eso sí, el agua, del grifo!!!! no caigáis en la trampa de pedir de botella que os meten una clavada de la leche.

Acabamos sobre las 3 y decidimos poner rumbo calle abajo por La place de Clichy en dirección a la Ópera, porque nos habían dicho que era una zona muy chula, donde además podríamos ver los centros comerciales La Fayette, una especie de Corte Inglés pero más grande, y con una pasarela de cristal sobre la carretera.

Primero, nos equivocamos de calle e íbamos bajando por el Boulevard de Batignolles en lugar de bajar por Clichy, pero bueno, recondujimos bien y no tardamos mucho en llegar a la zona de la ópera. Estaba bien, aunque no llegamos a entrar, pero Rhea, que tiene olfato muy desarrollado para el tema chocolate, se fijo en una tienda de Lindt que había justo al lado y como regalaban un bombón al entrar, pues zasca, dimos la vuelta y para dentro.

Es un buen reclamo, porque una vez estás dentro, no hay forma de salir sin comprar algo, porque el chocolate está de muerte. 

Así que, nos pedimos un chocolate para llevar, tipo Starbucks (5€ por uno muy pequeño) y nos fuimos calle abajo dirección Place de la Concorde. En el camino nos cruzamos con la L'église de la madeleine, la cual pensamos era un museo y pasamos de largo.


Al llegar a la plaza fue como un bombazo de cosas, es decir, por un lado la noria gigante que Rhea tenía ganas de ver, por otro el monumento a la concordia, las fuentes típicas que atraviesan los ciclistas en el Tour de Francia, y los Champs Elysées al otro, una pasada, y encima con el sol de cara, que lo hacía todo como anaranjado-amarillo, buahh increíble!!!

Dimos un par de vueltas alrededor de la noria, entramos a los jardines de al lado a ver qué eran (sin mucho éxito, ya que salimos enseguida) y nos fuimos de cabeza a los Campos Elíseos, porque tenían el mercado de navidad que nos dijeron. Era impresionante, ya que iba desde la Place de la Concorde hasta casi el final de la calle de los Campos Elíseos,
Tenían de todo, tiendas para comer y beber, como se puede ver en la imagen, que tenían CHICHIS, jajaja, si son churros pero allí los llaman así.

También tenían muchos puestos con hamburguesas, comida alemana, dulces, bocatas, cocktails, jabones, de todo vamos.... para perderte varias horas.

Nosotros simplemente nos dedicamos a caminar calle arriba hasta que llegamos al Arc du Triumphe. Es una pasada de monumento, pero no subimos todavía, decidimos dejarlo para más adelante porque ya se estaba haciendo de noche y no teníamos el cuerpo para seguir subiendo escaleras.

Bajamos la calle por el otro lado y entramos a ver la tienda de Abercrombie, que era como una casa de ricos, vaya tela...

Como todavía era algo pronto y no teníamos otra cosa que rascar, decidimos pillar el metro y bajar a la zona de Montparnasse, donde está la torre más alta del centro de Paris, para poder apreciar bien toda la ciudad.

Al llegar, no había nadie esperando en la cola, así que pedimos los tickets (15€ cada uno) y para arriba en ascensor. Esperamos unos minutos a que bajase el otro, porque son automáticos, y para la planta 56. Luego desde esta, a pie subimos otras 3 para llegar a la azotea.

Si soy sincero, a mi no me mereceió la pena pagar ese dinero por las vistas, es decir, se veía la Tour Eiffel, ciertas iglesias, etcétera, pero no era una vista tan impresionte como para subir ahí. Rhea dijo que nunca había subido tan alto y si le gusto, pero a mi la verdad que me decepcionó.



Encima es que solo te vale la vista de unos 120º aproximadamente, el resto son casas que no tienen nada de interés, e incluso mirando hacia la zona buena, no se veía casi nada. Anyways, había que subir y ya lo hicimos, una cosa menos :).

Al bajar, nos dirigimos de nuevo a los Champs Elysées para disfrutar de los bocatas que vimos antes de bajar a la torre. Nos bajamos en el metro de Frnaklin et Roosevelt y directo, como unas flechas. Nos metimos entre pecho y espalda un bocata de jamón con queso que estaba de muerte (ellos lo llaman raclette). No tengo fotos pero básicamente tenían 4 quesos sobre una plancha ardiendo que lo iba deshaciendo y las chicas que trabajaban lo iban cogiendo y metiendo en los bocatas. Vendían como churros las cabronas y claro, donde hay cola la gente se acerca y pilla, nosotros no íbamos a ser menos, encima con el frío que hacía,...jeje

Al acabar el bocata (la mitad cada uno porque eran caros) seguíamos con hambre así que en otro puesto compramos otro de carne de cerdo, jejeje. Ahora si ya, nos volvimos hacia la rotonda de Franklin et Roosevelt y directos en metro línea 9 dirección Mairie de Montreuil al hotel.

Justo antes de entrar al Hotel, nos desviamos un poco para ver la entrada de la Sala Bataclán, famosa por los atentados de este mismo año. Me hice una foto junto a la entrada como recuerdo y ya está, porque mira que fue casualidad haber acabado en un hotel justo a menos de 200m.

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