Thursday, April 20, 2017

Jueves 20 - Prambanan y nos vamos de Java a Bali.

Según mi cuaderno de bitácora, este día nos levantamos sobre las 5.30am con una luz de tres pares de narices entrando por la ventana sin persianas, y gracias también a un grupo de gallos que no hacían más que cacarear desde muy pronto.

La noche anterior habíamos quedado en bajar a desayunar a las 9am, pero con las maletas preparadas ya, para hacer el checkout y dejarlas en consigna. De esta manera ganaríamos mucho tiempo. Yo creo que lo repetí como 4 veces por la noche. Pues aún así, estos dos bajaron a las 9.30am y ni hicieron el checkout, ni dejaron la maleta en consigna, se presentaron en el desayuno con las mochilas los dos, con 5 minutos de diferencia. Ole y Ole sus huevos morenos!!!! anyways...estábamos de vacaciones...

El desayuno aquí tampoco fue nada del otro mundo, es decir, se volvía a repetir el tema de comida local por encima de un desayuno continental o más europeo. Había fruta, arroz, fritos, una tostadora que iba mal, 3 pedazos de pan bimbo sin corteza y un pedazo de bizcocho rodeado de hormigas al acecho :) . Cuando acabamos de desayunar, dado que estos tenían que acabar con su checkout, Rhea y yo fuimos al baño a lavarnos los dientes y luego les esperamos en el hall.

Se volvió a repetir la misma jugada que ayer, llamada desde el hotel a un taxi rosa de la zona, negociamos viaje-estancia-vuelta con el taxista, y al final acabamos pagando unos 250K entre los 4. Como ya teníamos la referencia de lo que nos costó el día anterior el otro, pues este ya era más fácil.

El día amaneció muy soleado en contraste al primer día. Llegamos relativamente fácil, porque este templo estaba a unos 15 minutos de distancia solo, un poco por detrás del aeropuerto. Podíamos haber ido con las maletas, pero con el pasaporte y todo dentro, no nos fiábamos de nadie, la verdad. Con el tráfico llegamos al templo en aproximadamente unos 25-30 minutos. El conductor nos dejó en la entrada y nos dijo que nos esperaría en el parking mismo. Nos dío hora y media solo, lo negociado (tampoco teníamos mucho más porque se nos iba el vuelo).
Como ya teníamos el ticket comprado del día anterior, el acceso fue inmediato y rápido. Esto era lo primero que se veía desde la distancia, el cartel del templo, con un espacio para subirse a hacerse la foto. Yo no lo dude y después de los 1500 chinos y monjes budistas, me pude hacer la instantánea.

Seguimos hacia adelante y había una especie de garita con 3 militares o policías dentro y un arco de seguridad que pitaba a cada persona que accedía, pero no te creas que decían ellos nada. El sitio era enorme a la par que impresionante. Había sido reconstruido por el gobierno debido a que fue abandonado a finales del siglo XIV y quedó medio derruido. Estaba un 60% recuperado, pero aún así se puede observar la magestuosidad del sitio.

El calor era bastante insoportable, y más caminando sin sombra alguna aparte del propio templo. Pero donde hay sol y turistas, ahí está el que saca tajada, y efectivamente yo lo dije antes de llegar en coche, y acerté. Nada más cruzar el arco, ahí estaban ofreciendo paraguas para el sol, jajaja, lo que quita el agua quita el sol, y eso es cierto.

Una cosa muy curioso fue el ver a un grupo de monjes budistas haciéndose fotos con la gente, y claro Rhea quería ese mismo portrait para ella. Al principio se pusieron un poco nerviosos, porque ella estaba depié y era más alta que ellos, jajaja, por eso un grupo de mujeres que se acababn de hacer la foto con él la gritaban insistentemente - "agáchate, al suelo, agáchate" - o eso deduje por los gestos :P.
 
El recorrido sin guía (que los había) era bastante aleatorio ya que no había unos pasos que seguir, es decir, había una serie de torres con símbolos religiosos que vete tú a saber qué representaban o querían decir. Nosotros en principio nos dedicamos a hacernos fotos por el lugar.

Como el calor era insoportable, todo el mundo aprovechaba la sombra de los monumentos para hacer una parada y respirar aire fresco. En estas paradas, nos encontramos con unos chicos españoles que venían de Barcelona también, y muy curioso también, una pareja (japonesa seguramente) que no sólo llevaba su guía en ingles, sino que además tenían un fotógrafo contratado que les iba retratando a cada paso o explicación del guía.

Gracias a eso y a que el guía era muy majete, nos enteramos de lo que querían decir varios símbolos, como uno que tenías que tocar para que, según decía el guía, se te llenase la cartera de dinero, o la representación del Dios elefante Ganesha, que te ayudaba con tus problemas en la vida. Nos echamos unas risas con ellos, porque además eran bajitos, y cuando pasábamos nosotros por donde ellos se reían porque no cabíamos, jojo.
Tras un buen rato dando vueltas, escaleras arriba y abajo, dentro y fuera, decidimos que era hora de abandonar el recinto y nos fuimos a la misma puerta por la que entramos. Nos quedaban unos 20 minutos y pensábamos que íbamos sobrados. Justo en ese momento un guardia de seguridad se dirige a nosotros y nos dice que no, que esa es la entrada, la salida estaba rodeando todo el recinto.

La vuelta que nos hicieron dar fue de escándalo. Solo observar dónde estaba el arco de seguridad por donde queríamos salir, y por dónde nos hicieron dar toda la vuelta.
Las caseras que se ven abajo a la derecha son puestos de comida, bebida y ropa. Si lo piensas tiene sentido que te hagan pasar por la tienda de regalos como en todas partes, pero claro, nosotros no lo sabíamos y nos tuvimos que pegar una paliza guapa dando toda la vuelta hasta el parking. Por supuesto llegamos 10 minutos tarde, aunque el conductor no digo absolutamente nada.

De regreso solo teníamos que recuperar las mochilas y maleta de la consigna y nos constó encontrar el papel nuestro, pensábamos que lo habríamos perdido, porque pese a ser un poco de risa el tema de la seguridad en estos países, si que es verdad que el botones reviso los tickets con las maletas y todo antes de dárnoslas. Bien hecho!!

Aprovechando el mismo taxi rosa, nos fuimos al aeropuerto de jueguete de la ciudad, :P. Al llegar el conductor nos dejó directamente en la T2 desde donde sale AirAsia siempre, o eso nos dijo él, nosotros nos fiamos. Pensamos que con ese calor que hacía, era mejor entrar y pasar el arco de seguridad para estar tranquilos, que dentro seguro había algo para comer (porque lo vimos en internet de ese aeropuerto).

Llegamos al arco de seguridad y nos pararon a casi todos porque en los rayos-X casi todas las mochilas brillaban o eso dijeron. Resultaron ser los imanes que compramos en Singapur. Nos dejaron pasar y llegamos a la terminal en sí y.... vaya fiasco, era una sala enana con 5 puertas de embarque, con 2 restaurantes, 1 cafetería y varios negocios de ropa.

No teníamos mucha hambre, pero es que además uno de los dos negocios era comida local, pero de esos locales que tienen toda la comida cocinada delante en un mostrador con no muy buena pinta, y el otro era un japo, como en el que cenamos la noche anterior, osea fail total. Javi y Rubén querían comer ya, pero Rhea y yo estábamos un poco sin ganas. Al final Javi se fue a comer al japo y nosotros 3 acabamos comiendo una especie de bollos que vendían en otro puesto llamado Roti'o Bakery.

Llegamos unas 3 horas antes de tiempo porque además nos habían retrasado el vuelo 1 hora antes de llegar a Asia ya. Javi se puso a cargar el móvil, nosotros a jugar a las cartas en los asientos y mientras tanto, la sala se empezó a llenar de gente más y más hasta no quedar ni un asiento libre.

Primero salieron vuelos a Borneo y Kuala, y la verdad que bastante tarde empezamos a embarcar nosotros. El aeropuerto en esa terminal estaba en obras, es decir, no se veía a través de los cristales porque había paneles de obra. Al salir por la puerta de embarque, se supone que nuestro avión debería estar ya encima para no caminar por medio de la terminal, pero no fue así, sino todo lo contrario. Tuvimos que caminar desde nuestra terminal (B) a la otra (A), por medio de obreros, aviones de otras compañías y esto mientras nadie nos decía dónde ir ni por dónde movernos, era un auténtico caos típico de estas zonas.


El avión salía a las 15.25 y estábamos cruzando la puerta de embarque a esa misma hora. Ya sólo con ese paseo y habíendo embarcado después de la hora llevábamos unos 30 minutos de retraso, pero bueno, no había nada que hacer. Una cosa que sí noté fue que la gente que se subió en ese vuelo era bastante más pueblerina de lo normal. No sé como explicarlo, pero la gente que habíamos conocido hasta ese momento en Java, era mucho más humilde, más calmada, tranquila. Por el contrario, toda la gente de ese avión eran como gitanos, todos gritándose unos a otros, maleducados, dando golpes a los asientos, dando golpes con las maletas a todo cristo al pasar, muy raros. Además el olor que llevaban mucho ya era de varios días seguro.

A las 15.45 hicimos el croscheck y salimos de la terminal hacia pista. Casi las 4pm en punto y el avión despegaba las ruedas del suelo. Go Go Bali !!

Sobre las 6.15pm estábamos aterrizando en la isla de Bali con el atardecer cayendo sobre la misma. Estaba algo nublado, pero era algo normal en esas latitudes y ese calor. Nada mas salir del aeropuerto pensamos en si coger un taxi o un Uber, pero por alguna razón, internet no funcionaba para nosotros ahí o iba fatal. Antes del vuelo, estos tres nos dijeron que habían subido a un Uber pero que había sido un circo, así que tiramos a por un taxi.

Primero nos acercamos a la fila de taxis y nos dijeron que no, que teníamos que ir a mostrador en la calle y ellos nos darían un tickets previo pago, en base al destino. Sin ordenador, sin calculadora, todo a ojo lo hicieron, y nos clavaron 120K. En un principio nos pareció razonable, eran 40K por cabeza, es decir, un par de €uros nada más. Luego al llegar al hotel estos nos dijeron que habían pagado solo 17K por el Uber (otra cagada más).
Llegamos al hotel y estos ya estaban por allí dando vueltas. Hicimos el correspondiente check-in, y nos fuimos a las habitaciones, que estaban todas seguidas: 505 (Rhea y yo), 506 (Javi y Joana), 508 (Mol y Piwi) y 509 (Rubén solo). Quedamos a las 8.15pm en la recepción del hotel y nos fuimos a deshacer maletas y preparar.

A la hora más o menos que habíamos quedado salimos del hotel, giramos a la derecha y de nuevo a la derecha, por un callejón oscuro apenas sin luz, lleno de pequeñas tiendas y restaurantes de gente local. Por supuesto, no podíamos obviar las motos y coches que venían de ambos lados.

Justo al final de la calle estaba la avenida Kartika, la principal avenida llena de hoteles, restaurantes, centrols comerciales y tiendas de lujo. Nos la recorrimos entera, porque Mol decía que la playa de Kuta estaba muy bien y cerca (y una mierda, jajaja). Tras unos 35 minutos andando, llegamos a la avenida Pantai Kuta donde había "restaurantes" más internacionales, como Pizza Hut y McDonalds, jojojo.

Al final, con hambre y sin más ganas de caminar y algo de discusión, acabamos entrando en un food court allí mismo. Yo con mi estómago chungo solo pude cenar arroz frito mientras Mol, por ejemplo, se metió un cangrejo entero. De camino alguno todavía tuvo ganas de meterse un helado entre pecho y espalda.

Al llegar al hotel, no sé por qué, a Mol le dió por empezar a preguntar al de recepción por precios para ir a las Gili Islands, cuando quedaban 5 días todavía para ir, y eran mas de las 11 de la noche. Mientras acababa de darle la chapa al de recepción, los demás nos sentamos a esparar en los bancos de la entrada. Cuando acabó ya no teníamos ganas de nada más, cada uno a su habitación a dormir.

No comments:

Post a Comment