Friday, April 28, 2017

Viernes 28 - Último día al sol

Último día en Gili Islands para todos nosotros, excepto Mol y Piwi que se quedaban un día mas por ahí pajareando, ya que ellos volvían a Kuala por Lombok.

Nos levantamos muy pronto, sobre las 8am, para así poder aprovechar el último día de playa, ya que tanto viaje, al final nos había dejado muy poco para eso mismo, es decir, no hacer nada de nada. Comenzamos con el desayuno habitual Rhea y yo, y luego ya nos siguieron los demás, excepto Mol y Joana que habían tenido una noche toledana de fiesta ambos 2. No sabemos muy bien a qué hora llegaron, pero no fue pronto, eso seguro, jejeje.

Sobre las 9.30am salimos los que estábamos, dirección a la boulangerie del día anterior para comprar algo más de desayuno, porque lo del hotel se nos quedaba algo corto. Allí compramos unos donuts y napolitanas antes de tirarnos a la playa a tomar el sol. La gente podrá pensar que si no es un poco pronto para ir a la playa, pero es que en estas latitudes, donde se hace de día a las 5am, el sol empieza a picar ya desde muy pronto, y había que aprovechar, porque a las 12 ya no había cristo que estuviera al sol más de 10 minutos (excepto Rhea claro, que esa tiene piel de lagart@ ).

Entre nado y nado, de repente aparecieron en la misma orilla varios barcos cargados de gente que parecía local, es decir, asiática. Nosotros no le dimos mucha importancia, hasta que empezamos a ver cómo nos miraban todos. Parecía que no hubieran visto a un extranjero en la vida, y eso que la playa estaba llena de ellos, jejej.

Como se ve en la foto, nos tuvieron todos como unos 10 minutos sin parar de hacer fotos. Con palos selfie, con tablets, con cámaras reflex, etcétera. Al final resultaron ser de la isla de Borneo, y claro, allí los extranjeros no van tanto de visita como a Bali o estas islas.

Sobre las 10.30 aparecen los otros 2 por donde nuestra playa con dos humores diferentes. Joana estaba totalmente reventada y no articulaba una palabra, mientras Mol ya estaba eléctrico y diciéndonos que por qué no íbamos más arriba de la playa, donde el denominado "Punto tortuga". Le intentamos persuadir un poco para aguantar un rato más en la arena, pero cuando vimos que el sol ya picaba demasiado y era insoportable, decidimos ir a comer.

Lo primero antes de comer, era confirmar en la oficina del puerto la salida en barco del día siguiente. La mejor hora que teníamos para poder hacer el trayecto al aeropuerto de Bali eran las 12am, y así lo fijamos. Lo mejor fue, que de camino a este sitio, yo me di cuenta que Javi había pinchado la bici (nada raro dado el estado de los caminos en la isla), pero los demás le convencieron para que siguiera montado, como si no pasase nada, ole tus huevos!!!
Este fue el estado en que quedó la rueda de la bicicleta tras apenas 100m montado en ella. Normal !!!! Si es que a quién se le ocurre ir montado en ella!!

Como estaba de mala leche por la mierda de bici, le dió básicamente igual todo. El problema es que llegado a este punto, tuvo que andar pidiendo un cuchillo a un puesto de la calle para poder cortar la rueda y seguir empujando la bici al menos, porque la rueda ya ni giraba.

Cuando acabamos de romper la rueda nos fuimos a comer, dejando las bicis aparcadas en el propio restaurante, llamado Juku Restaurant.

El sitio no parecía estar mal, pero estos empezaron a leer reviews en TripAdvisor, y no salía muy bien parado. El servicio es verdad que fue muy lento, tardamos más de 1 hora en ver comida y encima yo, que fui el único que pidió algo diferente al resto (hamburguesa), tuve que esperar un buen rato más por mi plato, porque se olvidaron de mi, es decir, trajeron todos los platos de todo el mundo, los comieron tranquilamente, y después ya se dieron cuenta del error.

Estuvimos a punto de irnos sin comer por la tardanza, pero siendo las horas que eran y el calor que hacía, nos quedamos. Tras acabar, como era de esperar, la mitad se volvió al hotel a descansar (entre ellos Javi por razones obvias...) y la otra mitad nos fuimos a la playa a coger algo más de color.

Esta vez decidimos ir directos a punta tortuga, que estaba en el extremo noreste de la isla, antes de llegar al cruce ese de días antes, donde tuvimos que cruzar con las bicis a cuestas. Mol se alquiló unas aletas y un tubo para bucear y se metió al agua casi sin preguntar por nadie. Cierto es que nos metió presión para alquilarlos nosotros también. Yo como tenía mi máscara me metí directo.

Cubría muy poco, con lo que había que bucear prácticamente en horizontal, paralelo al fondo para evitar así golpearte con rocas, que era lo único que se veía. 
Era una pena, porque como se puede apreciar en la imagen, la playa estaba completamente llena de basura. Basura que nadie recogía, nunca. Y claro, con el paso del tiempo se iba acumulando. Lo raro es que esto junto a un resort de la isla, es decir, había hamacas para los turistas a menos de 10cm. Yo no entiendo cómo alguien va a querer quedarse ahí.

Yo sin aletas solo me metí a unos 20 metros de la orilla, para evitar que un golpe de corriente me llevase mar adentro. Mol sin embargo se metió hasta el fondo, donde estaban los barcos atracados con turistas buscando algo. Ese algo resultaron ser tortugas, sí tortugas. A unos 100 metros de la orilla y sin necesidad de contratar nada que te lleve a verlas, y nosotros perdiendo el tiempo el día anterior en barcos y leches.

Esta es la diferencia entre lo que veía yo (izquierda) y lo que vió Mol (derecha) en la misma zona. Yo como no veía mucho me salí pronto del agua, pero este decidió seguir metido hasta amortizar las aletas. Yo intenté quedarme fuera para secarme, porque pese a que el día estaba muy caluroso, venían las típicas nubes por el horizonte, y empezaba a chispear.

Al principio no le dimos mucha importancia, porque pensamos que no podía pasar lo mismo 2 días seguidos, que sería muy mala suerte, jeje y nos quedamos sentados en la arena un rato y otro después persiguiendo especies marinas como cangrejos o caracolas por la arena, haciendo el bobo básicamente, y sobre todo, haciendo tiempo para que este, que se había dejado toalla y todo tirado a nuestro lado, pudiera ver tortugas y peces durante más tiempo.
Las predicciones no eran muy buenas, y sobre las 15.30 la nube nos da alcance y empieza a soltar algo de agua. Nosotros avisamos a Mol para que saliera del agua debido a los rayos que empezaban a caer. Sin pensarlo más, nos metimos en el bar antes mencionado porque no nos daba tiempo a cruzar la isla de lado a lado sin mojarnos. Nos metimos en el cobertizo y así empezó a llover como si de un huracán se tratase. Agua y viento sin cesar, y mientras nosotros tomando unos zumos esperando a que parase. Bueno nosotros, Ruben, Rhea y yo, porque Mol me cogió la GoPro y se fue al agua.

Su teoría era que estando en el agua no te mojas, y además no hay gente que te moleste para ver a las tortugas, así que, como ya había pagado las aletas y tubo, se metió de cabeza al agua otra vez. Yo creo que estuvo alrededor de unos 20-25 minutos más, tiempo que nosotros no hicimos otra cosa que esperar en la mesa, curiosamente junto a otra mesa de españolas de vacaciones.

A las 16h decidimos que ya era hora de moverse, porque no iba a parar tan fácilmente y no podíamos estar ahí por siempre. Cogimos las bicicletas, que habíamos acercado al bar previamente, y nos pusimos en marcha sin que parase de llover un poco.
Este era el estado del camino en ese momento, y eso que esta zona estaba relativamente bien. A mitad de camino, nos detuvimos a ver unas tortugas en una reserva un poco mal conservada, que pedía fondos para seguir subsistiendo, y donde había decenas de tortugas pequeñas, de según ellos, 1-2-3 meses de vida.
Tras unos 20 minutos parados descansando de la mojadura que llevábamos ya, y viendo cómo el techo estaba dejando entrar el agua por ciertos agujeros, decidimos ponernos en marcha de nuevo hacia el hotel. Pero los problemas no habían acabado del todo, y es que era la bicicleta de Rhea la que estaba fallando ahora. Era una avería muy rara, porque en primer lugar pensamos que se le había salido la cadena, porque daba pedales y no la enganchaba. Cuando descubrimos que la cadena estaba en su sitio y aún así no era capaz de avanzar, ya nos dió la risa..

Yo le ofrecí a Rhea mi bici, pero no la quiso, le dije que intentase ir depié como en un monopatín y tampoco le gustó la idea, jejej así que nada, nos tocó ir a paso de tortuga (nunca mejor dicho) hasta el hotel esquivando charcazos.

Al llegar al hotel, íbamos tan de mala ostia con las bicis esas de mierda, que las tiramos en la calle, nos lavamos los pies en una manguera que había dentro y de cabeza a la piscina, a ahogar las penas, jeje. Después del baño, hicimos lo mismo que el día anterior, es decir, ducha y siesta hasta las 7pm.

A las 19.15 salimos del hotel con destino la zona de bares y restaurantes. La mayoría quiso volver al mercado de pescado, pero Rhea y yo preferimos irnos a tener una conversación a otro sitio. Tras muchas vueltas y mucha indecisión, acabamos en la misma hamburguesería del día anterior. No pedimos la super burguer, pero si que yo pedí otra diferente. Rhea por su parte se pidió una especie de sopa con fideos, pero con el calor que hacía era un poco complicado comerla y disfrutarla.

Habíamos quedado sobre las 9 en el lugar del Beer-pong (vamos, donde siempre, jeje) y nosotros dos llegamos un pelín tarde, sobre las 9.20pm. Al llegar ya nos estaban todos esperando, y nos fuimos a un bar nuevo llamado Manta Dive Bar. Era un bar al aire libre, con una pequeña barra donde nos fuimos a pedir algo, ya que era el cumple del abuelo. No exactamente esa noche, pero bueno, quiso celebrarlo con todos nosotros invitándonos a algo de beber.
Todo parecía tranquilo hasta que a un lumbreras medio borracho, se le ocurrió la brillante idea de levantar una botella de champán por encima de la cabeza para dar de beber a unas tipas (rollo porno), y claro, no contaba con el ventilador que tenía justo encima.

El ventilador cortó la botella de cuajo, y de rebote su mano. Vaya escabechina preparó de repente, sangrando como un gochó, jojojo.

El tío que iba medio borracho, lo tuvieron que sentar para que se relajase porque ya no se sabía si estaba ido del alcohol o del impacto de ver su mano sangrando. El problema es que estábamos en una isla, y solo había un centro médico, que... no daba mucha confianza la verdad.
Esto que se ve aquí es a Piwi haciendo dominadas. ¿Que por qué?, porque se picó con un local a ver quién hacía más, así sin sentido, jajajaja

Por supuesto el chico local le reventó, pero es que ellos pesan 10Kg cada uno, era normal. 
A las 22.15 o así, Rhea y yo que estabamos algo cansados, decidimos ir a ver si comprábamos una mochila para mi, para así poder transportar mis cosas, ya que la mía me la habían robado días antes. Había una tienda de todo a 5$ cerca de allí pero no encontramos nada de nada. El siguiente paso fué ir a buscar algo de desayuno a la boulangerie de siempre, pero estaba cerrada, mala suerte!! Sin más que hacer, nos pillamos un heladito y nos fuimos derechitos al hotel a dormir.

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