Friday, April 14, 2017

ASIA musho tiempo que no viajaba !!!


Jueves 13 y viernes 14

Este día de trabajo era un poco tonto, ya que yo sabía de sobra que mucho no iba a hacer, pero es que además era final de sprint, con lo que no quedaba mucho que hacer. Con esto, me pasé la mañana teminando cosas menores y mirando cosas del vuelo, aparte de imprimir algún boarding pass que tenía pendiente de Rubén.

Pensaba irme a la 13, ya que el vuelo salía del Prat a las 17.50, pero como sé de sobra que el bus del polígono tarda la vida, decidí irme antes, sobre las 12.45 ya estaba saliendo y subiendo al bus camino a casa. A esas horas no va ni dios con el coche por allí así que llegué rápido y tardé poco en subir a tren.

Llegué a casa, cogí la maleta, bajé al bus y directo a Sants, donde habíamos quedado Rhea, Rubén y yo. Coincidimos con una manisfestación de CCOO de Semana Santa, jeje, pero bueno, aunque llegamos un poco antes de tiempo, no tardamos mucho en bajar al andén.

Directos al aeropuerto, cambio de terminal en el Prat a la T2 y a nuestra puerta a esperar. Hay una anécdota graciosa aquí, y es que cerca de la hora de salida, por megafonía llamaron a todos los que no habían pasado por el counter a facturar, para revisar pasaporte y tal. Nosotros tres, como habíamos entrado directos, tuvimos que ir por partes, primero Rhea y yo.

Una vez allí, y como siempre la gente no se entera de nada, mientras hablábamos con la chica del mostrador, se acerca una señora árabe y se pone a preguntarnos que a qué hora era el vuelo, que si salíamos ya. La chica de Qatar flipando porque se supone que es ella la que tiene que contestar, jojo.. Al mismo tiempo otro hombre por el otro lado, también árabe, se pone a cruzar la puerta de embarque, a lo que la chica del mostrador tiene que pedir por favor que se aparte - "yes yes, for you the airport" - respondió el hombre con una sonrisa en la cara pero tono despectivo.

Aquí ya se empezaba a ver el tono de esta gente, que aparte de maleducados y poco respetuosos con las mujeres, encima te intentan colar siempre alguna.

Salimos sin problemas dirección a Qatar en un avión grande, pero de aspecto viejo. 



Pensábamos que iríamos seguidos, pero estando en la misma fila (de número) Rubén estaba algo más adelantado. La pantalla no era táctil, iba con un mando y era un coñazo terrible. Los espacios entre asiento muy limitado, y para mi como siempre, con las rodillas en el pasillo, pero bueno, era la ida y nos daba igual.

Tras 6h y media llegamos a Qatar y era de noche, por lo que no había mucho que ver, aunque sí se sentía ya el calor del desierto. Poco tiempo tuvimos para acostumbrarnos, porque enseguida tuvimos que pasar al siguiente vuelo después de pasar el control de pasaportes.

El avión era el mismo modelo que el primero, con lo que se hizo ya un poco cansino. Nos sentamos igual pero al lado contrario el avión. Aquí Rubén tuvo un poco de infortunio ya que estaba rodeado de árabes que la verdad, se comportan como gitanos. Estaban continuamente levantándose, hablando a voces y hasta que una petó. Empezaron a levantarse todos, aunque las azafatas pedían que se sentase, pues ni puñetero caso. Empezaron a pasar con bombonas de oxígeno hacia atrás, y yo me temía que tivieramos que dar la vuelta o algo después de una par de horas de vuelo ya.

Al final parece que a una le entró un ataqué de ansiedad porque se estaba peleando con uno de los árabes que estaba sentado detrás de nosotros, qué raro!!!

Llegamos a Malasia finalmente tras 7h y media laaaaaaaaaaargas.



Estaba nublado y medio lloviendo, eran las 15.30 de la tarde y Javi y Joana ya estaban esperando en la cola de pasaportes. Nosotros nos estretuvimos un poco, porque además llegábamos a una terminal satélite como en Madrid la T4, y tuvimos que coger un tren que nos llevase a la terminal principal. Además, también nos quedamos como tontos a mirar los puestos de tarjetas de  móvil, cuando la cola de pasaporte seguía creciendo y creciendo.

Era la peor hora para llegar a Kuala y encima si tienes que lidiar con árabes o chinos peor. Se empezaron a colar por las cintas que limitaban los accesos, pero con toda la geta y sin miramientos, menudos payasos/as. No los aguanto, lo siento pero esta gente cuanto más lejos mejor.

Tardamos como 1 hora en pasar este control, porque además los asiáticos tampoco se estresan para poner más gente a controlar pasaportes, eran 4 contados a un ritmo caribeño terrible.

Al pasar los 5, nos fuimos a por un ATM y a comprar una tarjeta de móvil para poder pedir un Uber que nos dijeron que por allí estaban muy baratos. El afortunado fue una compañía llamada Hotlink, que por unos 8€ nos daban 2+4GB, una cosa muy rara, pero suficiente para dos días que íbamos a estar por Malasia.

Pedimos el Uber y nos pusimos en marcha a la ciudad por unos 5€ cada uno al cambio. Era la primera vez que usaba la app pero era facilísima y el coche me llamó enseguida y me dijo que estaba de camino. Siempre llaman para asegurarse, sigo sin entender por qué, porque la app te da todos los datos, pero bueno, #AsiaCirco. El caso es que me jugó una mala pasada mi inexperiencia  con ella y no pude configurarlo para pagar con tarjeta, así que todos a escote, en este caso Joana jaja que fue la única que saco pasta en el aeropuerto.



Esta es la cara de ilusión de camino al hotel ( Geo Hotel ), para el cuál teníamos una hora tranquilamente que se extendió un poco por el tráfico en hora punta, más la lluvia. No estaba mal situado, cerca del río y casi casi encima de Chinatown. Llegamos sobre las 6pm, hicimos el checkin individual por habitaciones, pagamos y cada uno a dejar las cosas en su habitación.

No estaba mal el sitio, con aire acondicionado incluido. Lo único malo y que yo ya me esperaba por el viaje de Tailandia, era que la ducha era simplemente un espacio al lado del váter, sin cortina ni nada. Otro punto era la mezquita que teníamos al lado, y esta era la Mezquita Nacional, jajaj, osea cánticos desde las 5am.

Dejamos la cosas, y como Sergio estaba de camino desde el aeropuerto (llegaba a las 4.30pm), pues decidimos salir a dar una vuelta y hacer una especie de reconocimiento rápido. No había mucho ya, puesto que al ser un país musulmán, a partir de las 6-7pm todo cierra. Encontramos Chinatown y nos quedamos directamente en un food court que había justo en medio, esperando a que llegase este. Usando whatsapp al final nos encontró y nos quedamos a cenar ahí mismo, nuestro primer plato de arroz con verdura, jejej.

Yo no cené mucho, ya que en los aviones de ida no hicimos otra cosa que comer y comer. Te daban 2 comidas y encima los bocatas que llevábamos, sin moverse en la lata durante 14h, pues te puedes imaginar cómo iba el estómago. Yo simplemente probé un poco de lo que pidió Rhea y una especie de pizza/pan que daban allí y que estaba muy bueno.



Tras una hora y pico allí metidos, lloviendo y con calor, Sergio nos dijo que quería moverse a un rooftop de los típicos de Asia y nada, a pedir un Uber. El destino tras preguntar por todas partes a varias personas y esquivar un rooftop antro de reggie, fue el SkyBar, justo enfrente de las Petronas.



Tardamos muy poco en llegar, unos 10 minutos y nos costó algo así como 0.3€ a cada uno :) de risa!!! pero bueno, también fue para compensar la entrada al SkyBar, que fue de unos 10€ por cabeza, telita!

Como se ve en la imagen de arriba, estaba muy chulo, con una zona de mesas a la derecha junto a la barra del bar, piscina en el centro, DJ justo detrás y a la izquierda de la imagen, los reservados, que eran como tumbonas o sofás para tumbarse con vistas a las Petronas. Según nos dijeron, costaban unos 600€ por persona sentarse ahí a tomar algo, más la bebida claro, jaja.

Estuvimos una hora o así, haciendo mil fotos de las torres, tomando algo fresquito que te regalaban con la entrada (aguado todo por el hielo) y como estábamos reventados, nos volvimos al hotel en uber de nuevo por otra cantidad irrisoria. Decidimos quedar a desayunar pronto y sin más, cada mochuelo a su olivo, excepto Sergio y Joana que se fueron a comer algo antes de dormir :D ..

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