Como nos acostamos antes de las 9pm ( 3am en España), nuestro cuerpo estaba cansado, pero seguíamos en horario de España y a las 3am hora local nos despertamos sin remedio. Rhea estaba bastante congestionada y como no respiraba bien no durmió casi nada la pobre. Yo me desperté y empecé a escuchar camiones de carga y descarga en la calle y se jodió, no pude volver a dormir nada.
Así que nada, sobre las 6am o poco más ya empezamos a ducharnos y preparnos para salir a desayunar. En este día, teníamos preparada una reserva en el Clinton's St Bakery Company que abría a las 9am.
Nos subimos al mismo tren de siempre, el de las líneas naranja/amarillas que nos dejaron en la parada mas cercana, la de Delancey. De ahí por la calle Essex, llegamos en apenas 10 minutos y ya había gente esperando en la entrada a que abriesen, impresionante.
Tras casi 15 minutos de espera en plena calle, viendo por la ventana como desayunaban los cocineros y demás trabajadores del local, nos abrieron las puertas y empezaron a dejar pasar a gente en función de las mesas. A nosotros nos pasaron a la zona extra del local y nos sentaron junto a la ventana. Qué bien pensé yo al principio, luz natural y vistas de la calle, error!!!
Les tuvimos que pedir que nos cambiasen a una mesa interior, porque las ventanas menos sellar hacían de todo. Entraba un viento que te dejaba tonto, encima estábamos junto a la puerta de entrada, quita quita. El nuevo sitio junto a la cocina estaba mucho mejor, más lejos y aún así se notaba el típico vientecillo de cuando entra gente.
Antes de continuar nos tocó pasar por una farmacia a comprar unas gotas para la nariz de Rhea porque se estaba ahogando, y al final se dió por vencida y acepto comprarlas. Nos contaron casi 20$, y es que además tenían cortisona, un desastre porque a la postre no funcionaron casi nada. Lo mejor fue el de la tienda preguntandole a ella si era egipcia, jajajaja, y no era el primero que lo decía.
Como el B&H estaba cerrado, porque lo vimos el día anterior en el cartel del local, la idea era la de conseguir el Karma grip en otra tienda, a poder ser un BestBuy que lo tenía al mismo precio. Como nos quedaba de camino al centro, nos pareció buena idea detenernos en la parada de Broadway-Lafayette y comprarlo.
Mi sorpresa al verlo en la estantería y tenerlo casi en mis manos, fue cuando la chica nos dijo muy amablemente que estaba agotado en todo Manhattan, y que el más cercano disponible estaba en el Bronx, si exactamente, la zona comanche por excelencia. Lo dejé pagado para reservarlo porque solo quedaba uno, y con resignación nos pusimos en marcha ciudad arriba hasta llegar al BestBuy que está en el Bronx Terminal Market, justo al lado del estadio de los Yankies de NY.
Tardamos casi una hora en llegar, y lo mejor de todo fue cuando la chica nos dijo que esa tienda no era donde me lo habían reservado, sino en la de Fordham Road, es decir, una hora más al norte de Nueva York, whattttttttt !!! la madre que lo parió... Sinceramente fue culpa mía por no fijarme, pero era una putada y apelamos al plan B, buscar un nuevo grip en la tienda y cancelar el otro.
En principio nuestro plan hacía aguas, porque la chica nos decía que teníamos que devolver el ticket en la tiendo donde nos lo reservaron, pero al final nos hicieron el chanchullo y pudimos sustituir uno por el otro, es decir, me cancelaron ellos el primero y con ese mismo dinero me cargaron el nuevo, así mucho mejor.
Sin esperar más nos pusimos en marcha ciudad abajo para irnos directamente a subirnos al paseo en barco con la compañia Circle line. Teníamos pensado haber visto los highlines de la zona de Chelsea ese mismo día, pero por culpa de mi grip se nos fastidió y tuvimos que ir casi a carreras al barco. Subimos a la línea 2 roja dirección sur y nos bajamos cerca de Times Sq. y claro, desde ahí es una pateada guapa, porque no había mejores conbinaciones.
Al final llegamos, mostramos nuestros pases C3 y para dentro sin más. Ya casi todo el mundo estaba sentado cuando llegamos en la cubierta superior, pero estábamos en hora. Mientras el guía se ponía a contar lo típico de seguridad y demás, yo me puse a sacar de la caja el grip, que tenía algo de batería, y ponerme a jugar con él para saber cómo funcionaba :) .
En estos casos, la gente suele escuchar nada o menos, porque estamos más pendientes de llegar a la estatua de la libertad que otra cosa. Hicimos mil fotos, salimos un poco hacia la estatua, giramos y subimos por el río Hudson de nuevo, para finalmente volver a bajar y acabar en el mismo pier.
No estuvo nada mal la verdad, se veían cosas que desde la propia ciudad son imposibles a menos que saltes a New Jersey.
Cuando acabó la visita, nuestra idea era la de comer algo antes de volver a quedar con mi amigo Jorge y su novia Lia en el Hard Rock café de Times Sq. Nos pusimos en marcha desde el barco deshaciendo lo inicialmente caminado, porque no queríamos comer muy lejos del punto de encuentro para no demorarnos mucho, y vimos este local a un lado, que no teníamos apuntado en ninguna guía, pero bueno, era conveniente y estábamos realmente helados de frío, así que entramos al llamado Ollie's Sechuan.
Era básicamente un restaurante chino, que a priori tenía buena pinta y daban sopas, que a Rhea le venían genial para su gripazo. Yo me pedí unos noodles con verdura pero me salieron un poco rana, ya que fue casi todo verdura, aunque no estaba mala, y encima me pusieron como 40 kg de comida.
Al llegar arriba te dirigen hacia el restaurante o bien hacia las escaleras que suben al bar en la planta superior, que es donde fuimos. No es que se viera mucho en ese momento pero se apreciaba que estábamos en el medio de la movida :P
Nos sentaron a los 4 en una mesa grande en el pasillo y disfrutamos aproximadamente una hora recordando algunas de nuestras batallitas de Brno (República Checa), donde nos conocimos trabajando. Mientras tanto la pobre Rhea hacía lo posible por respirar, y es que, como dije al principio, las gotas que le dieron no eran muy buenas, eran más para alergias que para mucosidad, y la pobre se ahogaba sin poder echarme mas por la cortisona que tenían.
Al acabar la vuelta completa, pagamos y bajamos de nuevo a la calle donde ya nos despedimos de ellos que tenían que coger de nuevo el autobús. Nosotros decidimos jugárnosla e intentar ver de noche los highlines, porque Jorge nos decía que también estaba muy bonito, y nos pusimos enn camino durante 25 minutos.
Cuando llegamos estaba ya cerrado, pero para nosotros la noche no había terminado, y decidimos ir a visitar la pista de hielo del parque de Bryant, ya que el día no había sido muy productivo en visitas.
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