Saturday, December 2, 2017

New York - Saturday Dec 2nd

El sábado nos levantamos antes de lo esperado, y eso que pensábamos que no dormiríamos hasta que sonase el despertador, pero nada de eso. El jetlag nos estaba pegando fuerte.

Como nos acostamos antes de las 9pm ( 3am en España), nuestro cuerpo estaba cansado, pero seguíamos en horario de España y a las 3am hora local nos despertamos sin remedio. Rhea estaba bastante congestionada y como no respiraba bien no durmió casi nada la pobre. Yo me desperté y empecé a escuchar camiones de carga y descarga en la calle y se jodió, no pude volver a dormir nada.

Así que nada, sobre las 6am o poco más ya empezamos a ducharnos y preparnos para salir a desayunar. En este día, teníamos preparada una reserva en el Clinton's St Bakery Company que abría a las 9am.

Nos subimos al mismo tren de siempre, el de las líneas naranja/amarillas que nos dejaron en la parada mas cercana, la de Delancey. De ahí por la calle Essex, llegamos en apenas 10 minutos y ya había gente esperando en la entrada a que abriesen, impresionante.

Tras casi 15 minutos de espera en plena calle, viendo por la ventana como desayunaban los cocineros y demás trabajadores del local, nos abrieron las puertas y empezaron a dejar pasar a gente en función de las mesas. A nosotros nos pasaron a la zona extra del local y nos sentaron junto a la ventana. Qué bien pensé yo al principio, luz natural y vistas de la calle, error!!!

Les tuvimos que pedir que nos cambiasen a una mesa interior, porque las ventanas menos sellar hacían de todo. Entraba un viento que te dejaba tonto, encima estábamos junto a la puerta de entrada, quita quita. El nuevo sitio junto a la cocina estaba mucho mejor, más lejos y aún así se notaba el típico vientecillo de cuando entra gente.
La verdad que Rhea ya tenía claro lo que quería tomar, porque se había tragado todas las fotos de Instagram y alguna más de TripAdvisor.

Yo me fui por lo sano, jaja, las tortitas dulces con chocolate encima y sirope a muerte. Encima no se aprecia mucho pero eran 4 con 1.5cm cada una de altura.

Ella se fue por la parte salada y no estaba mala la opción aunque la foto no ayude mucho. Luego nuestro chocolate y mocha correspondiente, mas zumo.

Vamos que no reventamos de milagro. Yo me pedí el choco-mocha (porque lo acabamos mezclando) para llevar, pero a mitad de camino al tren lo tuve que tirar porque no podía ni respirar.

Antes de continuar nos tocó pasar por una farmacia a comprar unas gotas para la nariz de Rhea porque se estaba ahogando, y al final se dió por vencida y acepto comprarlas. Nos contaron casi 20$, y es que además tenían cortisona, un desastre porque a la postre no funcionaron casi nada. Lo mejor fue el de la tienda preguntandole a ella si era egipcia, jajajaja, y no era el primero que lo decía.

Como el B&H estaba cerrado, porque lo vimos el día anterior en el cartel del local, la idea era la de conseguir el Karma grip en otra tienda, a poder ser un BestBuy que lo tenía al mismo precio. Como nos quedaba de camino al centro, nos pareció buena idea detenernos en la parada de Broadway-Lafayette y comprarlo.

Mi sorpresa al verlo en la estantería y tenerlo casi en mis manos, fue cuando la chica nos dijo muy amablemente que estaba agotado en todo Manhattan, y que el más cercano disponible estaba en el Bronx, si exactamente, la zona comanche por excelencia. Lo dejé pagado para reservarlo porque solo quedaba uno, y con resignación nos pusimos en marcha ciudad arriba hasta llegar al BestBuy que está en el Bronx Terminal Market, justo al lado del estadio de los Yankies de NY.

Tardamos casi una hora en llegar, y lo mejor de todo fue cuando la chica nos dijo que esa tienda no era donde me lo habían reservado, sino en la de Fordham Road, es decir, una hora más al norte de Nueva York, whattttttttt !!! la madre que lo parió... Sinceramente fue culpa mía por no fijarme, pero era una putada y apelamos al plan B, buscar un nuevo grip en la tienda y cancelar el otro.

En principio nuestro plan hacía aguas, porque la chica nos decía que teníamos que devolver el ticket en la tiendo donde nos lo reservaron, pero al final nos hicieron el chanchullo y pudimos sustituir uno por el otro, es decir, me cancelaron ellos el primero y con ese mismo dinero me cargaron el nuevo, así mucho mejor.

Sin esperar más nos pusimos en marcha ciudad abajo para irnos directamente a subirnos al paseo en barco con la compañia Circle line. Teníamos pensado haber visto los highlines de la zona de Chelsea ese mismo día, pero por culpa de mi grip se nos fastidió y tuvimos que ir casi a carreras al barco. Subimos a la línea 2 roja dirección sur y nos bajamos cerca de Times Sq. y claro, desde ahí es una pateada guapa, porque no había mejores conbinaciones.

Al final llegamos, mostramos nuestros pases C3 y para dentro sin más. Ya casi todo el mundo estaba sentado cuando llegamos en la cubierta superior, pero estábamos en hora. Mientras el guía se ponía a contar lo típico de seguridad y demás, yo me puse a sacar de la caja el grip, que tenía algo de batería, y ponerme a jugar con él para saber cómo funcionaba :) .
La verdad que no hacía demasiado frío al principio, aunque se fue yendo el sol y con la brisa de la navegación si que se empezó a notar algo de rasca. Las vistas eran espectaculares, y el gruía iba contando con un micrófono todo lo que podíamos ver.

En estos casos, la gente suele escuchar nada o menos, porque estamos más pendientes de llegar a la estatua de la libertad que otra cosa. Hicimos mil fotos, salimos un poco hacia la estatua, giramos y subimos por el río Hudson de nuevo, para finalmente volver a bajar y acabar en el mismo pier.

No estuvo nada mal la verdad, se veían cosas que desde la propia ciudad son imposibles a menos que saltes a New Jersey.

Cuando acabó la visita, nuestra idea era la de comer algo antes de volver a quedar con mi amigo Jorge y su novia Lia en el Hard Rock café de Times Sq. Nos pusimos en marcha desde el barco deshaciendo lo inicialmente caminado, porque no queríamos comer muy lejos del punto de encuentro para no demorarnos mucho, y vimos este local a un lado, que no teníamos apuntado en ninguna guía, pero bueno, era conveniente y estábamos realmente helados de frío, así que entramos al llamado Ollie's Sechuan.

Era básicamente un restaurante chino, que a priori tenía buena pinta y daban sopas, que a Rhea le venían genial para su gripazo. Yo me pedí unos noodles con verdura pero me salieron un poco rana, ya que fue casi todo verdura, aunque no estaba mala, y encima me pusieron como 40 kg de comida.
Como se puede observar, mi plato era para 4 personas y la sopa de Rhea para al menos dos, jejej, pero aún así, nos pedimos unos rollitos de primavera, por si caso nos quedábamos con hambre.

Lo único malo fue la china que nos atendió que parecía tener un mal día o ser así de seca siempre, pero bueno. Comimos lo que pudimos, y casi sin tiempo nos fuimos camino a Times Sq.

Una vez allí nos tocó esperar por Jorge y Lia justo fuera, y la verdad que mucho calor no hacía, casi nos da un pasmo. Pensamos en ir tirando a algún sitio caliente, pero bueno, entre unas cosas y otras aparecieron por el fondo. Ellos venían en bus desde New Jersey y claro, a esas horas el tráfico era imposible con la cantidad de gente de la plaza.
Al llegar decidimos subir al Marriott Marquis hotel de la plaza, porque yo recordaba que tenía unas vistas estupendas y además, la sala de arriba del todo giraba 360º en una hora. Nos costó encontrar la entrada, porque yo sabía que era a través del parking, pero es curioso como la memoria guarda o borra recuerdos. No nos costó nada subir porque la cola era mínima y se subía de 15 en 15 casi, por un ascensor que salía del centro del rascacielos y era transparente, es decir, se veía todo mientras ibas subiendo.

Al llegar arriba te dirigen hacia el restaurante o bien hacia las escaleras que suben al bar en la planta superior, que es donde fuimos. No es que se viera mucho en ese momento pero se apreciaba que estábamos en el medio de la movida :P

Nos sentaron a los 4 en una mesa grande en el pasillo y disfrutamos aproximadamente una hora recordando algunas de nuestras batallitas de Brno (República Checa), donde nos conocimos trabajando. Mientras tanto la pobre Rhea hacía lo posible por respirar, y es que, como dije al principio, las gotas que le dieron no eran muy buenas, eran más para alergias que para mucosidad, y la pobre se ahogaba sin poder echarme mas por la cortisona que tenían.

Al acabar la vuelta completa, pagamos y bajamos de nuevo a la calle donde ya nos despedimos de ellos que tenían que coger de nuevo el autobús. Nosotros decidimos jugárnosla e intentar ver de noche los highlines, porque Jorge nos decía que también estaba muy bonito, y nos pusimos enn camino durante 25 minutos.

Cuando llegamos estaba ya cerrado, pero para nosotros la noche no había terminado, y decidimos ir a visitar la pista de hielo del parque de Bryant, ya que el día no había sido muy productivo en visitas.
El parque está genial y además al ser navidad, estaba repleto de puestos de comida, bebida, venta de regalos de navidad, joyería, etcétera.

Nosotros después de hacer algunas fotos por allí y mirar las tiendas de alrededor durante un buen rato, ya no sabíamos qué más hacer a esas horas y por esa zona, con lo que decidimos coger el metro de regreso al hotel.

Esta vez la noche fue diferente. Si que es verdad que no nos costó nada dormirnos, porque pese a lo poco que hicimos caminamos bastante, pero nos volvimos a despertar a media noche.

La ventaja era que al ser domingo de madrugada, los camiones de enfrente no hicieron ruido y yo caí groguí de nuevo hasta que sonó el despertador, osea Rhea con su sonar de mocos, jajaja.

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