Sunday, December 3, 2017

New York - Sunday Dec 3rd

El domingo amaneció muy frío, con máximas de 9ºC, pero nos daba igual porque realmente habíamos dormido mucho mejor que la noche anterior, aunque yo creo que no nos quedaba otra, estábamos totalmente exhaustos de tanto caminar y apenas dormir.

El desayuno se hizo esperar, y es que nos tuvimos que desplazar desde Brooklyn hasta casi Central Park, bueno, ni tan casi porque era al lado del hotel Grand Plaza, el que salía en la película de "Solo en casa 2, perdido en Nueva York", y se llamaba Sarabeth's Central Park South.
A mí no me sonaba de nada, pero a nuestra gran instagramera Rhea le parecía una buena opción porque decía que todo el mundo lo recomendaba.

Llegamos un poco antes de la hora de la reserva y Rhea ya estaba nerviosa, porque era la primera vez que veía el parque y el Plaza, muy típicos de películas y series.

Nos acercamos rápidamente al sitio y ya había colas que salían hasta la calle. "Menos mal que tenemos reserva" - pensamos nosotros. Y cuando entramos, pedimos paso entre toda la gente 'like a boss' y nos pusimos los primeros, donde había un chico en un ordenador recogiendo las reservas y otra chica sentando a los comensales.

"Rhea Bajk, reservation for 2" - dijo ella - pero el chico miró y remiró y no lo encontraba hasta que finalmente dijo, " ah sí, aquí estás, pero tienes reserva para las 9.30PM", es decir, por la noche, no para desayunar, jojojojo.

Si no la liamos no seríamos nosotros mismos, jajaja. Pero no fue tan mal, el chico nos dijo que teníamos media hora de espera para entrar, ni tan mal. Por eso y para no estar allí en el medio de la puerta y con la corriente que entraba, decidimos ir a dar un paseo por el parque que estaba justo enfrente.
Nos metimos por la esquina inferior derecha del mismo y caminamos unos cuantos metros para hacer una fotos, que como se puede apreciar quedaban muy chulas con el color de las hojas de otoño, era impresionante.

Había ya bastante gente para ser domingo por la mañana, pero es que los turistas no descansamos nunca, jaja.

Cuando nos quisimos dar cuenta ya habían pasado casi 20 minutos y teníamos que volver.
Al llegar de nuevo al restaurante, la cola salía hacia la calle, pero el triple que antes. Nosotros con nuestra reserva nos volvimos a colar por el medio y ahora sí, nuestra mesa estaba preparada.

Entramos al fondo de todo casi, y es que yo no me imaginaba que fuese a ser tan grande. Todos los rincones estaban petados de gente comiendo todo tipo de desayunos, dulces, salados, mezcla... Nosotros nos sentamos pero ya casi teníamos claro lo que íbamos a pedir. Por mi parte algo dulce, por la de Rhea algo salado.
Empezamos por unos zumos de naranja y piña y como siempre, acerté yo, jaja, porque el de Rhea era más de bote (aunque el mío también lo sería claramente).

Las tostadas francesas eran una especialidad así que yo me las pedí y comí 1 y 1/2, para dejar paso a la otra de aguacate con huevo que se ve en la imagen.

La mezcla no estaba nada mal, lo único los precios, que no eran baratos precisamente, ya que acabamos pagando unos 75$ con la propina.
Con el estómago lleno y algo de frío todavía, nos pusimos en marcha calle abajo, porque teníamos reserva en el Rockefeller center a las 11am, para subir al Top of the Rock.

Íbamos un poco pronto para subir ya, así que nos entretuvimos un rato en la pista de hielo de la calle, haciendo fotos, paseando por allí.

Al llegar, como ya teníamos los tickets que habíamos reservado días antes, sólo tuvimos que subir unas escaleras de caracol hasta la planta 2 y atravesar toda la zona de seguridad, como si fuese el aeropuerto. Nos tomaron la típica foto que nadie quiere luego y directos al ascensor. Mientras este subía, para que se hiciera más ameno, te iban proyectando en el techo una película.
Cuando llegas arriba, tienes la opción de quedarte a esa altura a cubierto del frío, pero algo lejos de la terraza, puedes salir a la terraza en esa misma planta y pasar frío, o puedes seguir subiendo a otras dos terrazas que hay uno y dos pisos más arriba respectivamente.

Nosotros cómo no, decidimos subir arriba del todo, donde hacía más frío, pero donde las vistas eran más espectaculares, porque no había cristal en el borde como se aprecia en esta imagen tomada arriba.
El día no estaba muy claro, pero se veía lo suficiente como para ver todo Manhattan y parte de New Jersey, no podíamos pedir más. Desde ahí se podía ver la azotea donde estuvimos el día anterior con mi amigo Jorge tomando algo y casi casi nuestro hotel de Brooklyn, jeje.

Lo único que me decepcionó fue la vista hacia Central Park, porque estoy acostumbrado a ver en las películas esa vista clara, limpia del parque, pero cuando estás ahí arriba, ahora en 2017, te das cuenta que algo está cambiando, es decir, están construyendo tantos rascacielos al borde del parque, que apenas se aprecia ya la vista del mismo a lo largo. Es una auténtica pena. El único edificio nuevo que me sorprendió fue el que ahora es el segundo de la ciudad por detrás del World One, el 432 Park Avenue (si abrís el link lo entenderéis rápidamente).

Estuvimos una media hora larga, puede que algo más, y nos bajamos ya. Primero porque hacía demasiado frío para quedarte ahí quieto disfrutando del paisaje, y segundo porque no había mucho más que ver.

Ahora si que nos pusimos en marcha en dirección al parque. Fue un poco absurdo bajar para volver a subir, pero bueno, no pasa nada porque nos gusta caminar y por esas calles de rascacielos más aún. Caminamos la 5º avenida hacia arriba y nos íbamos encontrando con todo tipo de tiendas lujosas y de gente rara. Sobre todo cuado llegamos a la altura de la Torre Trump (donde esta viviendo el presidente actual del mismo nombre), porque había al mismo tiempo gente apostada frente a la fachada con pancartas de fuera Trump, y mientras otros haciéndose fotos con los agentes del servicio secreto detrás...muy rocambolesco todo.

Entramos por la parte sur, pero por el centro en lugar de irnos hasta la zona derecha como por la mañana. Estuvimos en la pista de hielo y seguimos caminando camino arriba hasta encontrarnos con el memorial a Jonh Lenon.
El parque no tiene nada especial, es un parque enorme, solo que estamos tan acostumbrados a verlo en la tele que cualquier cosa que tiene nos asombra. Tras tomar las fotos ahí seguimos hacia arriba hasta encontrar la zona denominada como Bethesda Fountain, muy famosa también por películas como "Enemigo público" de Will Smith.

Allí había gente cantando a capella, un grupo de negritos gritando - "acérquense que no llevamos pistola, también revisense los bolsillos y verán que somos buena gente" - muy americano. Aparte y pese al frío, había un montón de gente navegando en pequeñas barcas por el lago, por no contar con el negocio de los carros de caballos y los carros donde te lleva un tío pedaleando mientras te explica lo que ves.

Seguimos subiendo hasta encontrarnos con el castillo de Belvedere, muy chulo y con unas vistas de la parte norte del parque espectaculares. Mientras tanto, las ardillas empezaron a hacer acto de presencia por todas partes. Como las zonas grandes de césped estaban cerradas por el invierno, aprovechaban para bajar de los árboles en busca de frutos secos caídos de los árboles.
Rhea tuvo la increíble suerte de que una de ellas se le subiera incluso a la pierna. Como les hacía el gesto de darles algo de comer, ellas venían, pero cuando vieron que no había nada corrian al verde otra vez, jeje.

Vimos de todo tipo, como esta, negras, sin pelo, enormes, pequeñas, pero todas muy bonitas e hipnotizantes.

De ahi, y después de casi dos horas de caminata y fotos, decidimos salir de parque por la parte izquierda para ir a comer a otro de los sitios marcados en nuestro mapa. Se llamaba Gray's Papaya, y como se puede imaginar, también sale en varias películas.
No está claro por qué tiene tanta fama, porque cuando entras en una tienda de salchichas sin más. Enana, sin mesas y con 3 mejicanos currando sin parar para hacer perritos calientes con ellas. Es cierto que era famoso, porque fue llegar nosotros y empezar a comer, y llegar otras 50 personas detrás como si no hubiera un mañana.

Nosotros pedimos 2 cada uno y nos sobró una que nos llevamos para después por si acaso. Fue un almuerzo un tanto rápido, pero es que teníamos en mente un postre ya, que se encontraba unos bloques más arriba en la misma calle, el Levain Bakery.
Yo sinceramente no lo conocía ni lo había oído en ningún sitio, pero nada más entrar ya te dabas cuenta de por qué eran famosos. Tenían unas galletas enormes de varios sabores que no eran normales. La gente haciendo cola en zig-fag cual aeropuerto, para hacerse con una de estos espléndidos pedazos de azúcar.

Nosotros no supimos cuál pedir, así que compramos 4 de todos los sabores que había: chocolate negro, chocolate con mantequilla de cacahuetes, y otra de nueces. Nos comimos allí mismos sentados la primera, y dejamos el resto para el hotel, porque siempre por la mañana a mi me apetece meterle un bocado a algo dulce y nunca tenemos nada.

A partir de aquí el día ya empezaba a desaparecer y no nos quedaba mucho en la lista por hacer en esa zona, así que empezamos a bajar por Broadway. Primero nos metimos a un centro comercial a comprar una mochila (que no se me ocurrió llevar a mi de España, cuando tengo 3), porque era muy incómodo llevar la GoPro con el estabilizador en la mano con el frío que hacía, y los guantes, gorro, braga, etcétera.

Estuvimos a punto de comprarlo en la calle a un hombre que vendía varias pero acabamos entrando en el 21 Department Store de Broadway. La compramos y seguimos calle abajo hasta toparnos con el mercado de navidad de Columbus circle, justo en la esquina suroeste del parque. Había docenas de puestos de todo tipo para comprar regalitos y nos dimos una vuelta por ahí. Vimos algunas cosas pero decidimos no comprar hasta el último día por no andar cargando con todo.

Continuamos calle abajo y nos topamos con la tienda de DJI, es decir, la de drones como el que tengo yo y sí, ese de la foto soy yo probando las gafas de VR del dron que, si son una pasada, pero si son super caras y además marean un poco si no estás acostumbrado a este tipo de dispositivos. Al final decidí no comprarlas porque es un trasto como se puede apreciar, casi tanto como mi cabeza mas su mochila con los cables.

Llegamos a Bryant Park y decidimos sentarnos un poco a tomar un chocolate en Le Pain Cotidien que tenían una caseta por ahí (aunque en realidad son una plaga en NY). Pedí un chocolate belga para los dos, mientras Rhea nos reservaba un sitio en las típicas sillas metálicas que hay siempre en este parque. Cuál fue mi sorpresa cuando llego y hay un ímbécil pavo intentando ligar con ella, ahí depíé parado mirando para ella. No lo reventé por no montar una escena, que si no..... :P

Bueno, tonterías aparte, a Rhea le vino a la cabeza que podíamos ir a los iglúes que le comentaron las amigas en lo alto de una azotea cerca del parque, así que nos pusimos en marcha a pie.
Yo supongo que esto es algo bastante nuevo, porque en ninguna de las ocasiones que había venido antes existía este tipo de terraza.

Cuando llegas, te guian hasta el ascensor y subes hasta el bar de la planta superior, que no la terraza. Si quieres acceder a esta debes subir otras escaleras al salir del ascensor.

Cuando llegas, esto es lo que se ve, es decir, un montón de tiendas de plástico a modo de iglú como esta, con todo el skyline al fondo y una barra de bar enorme detrás para que pidas lo que quieras.

Fuera la verdad que hacía frío, pero dentro de los iglús y gracias a las estufas, se estaba genial.
Hicimos muchas fotos y videos primero y luego ya nos metimos tranquilamente a un iglú que estaba casi vacío. Allí te llevaban comida y bebida incluso, pero como nosotros teníamos reserva para cenar ya, no quisimos cebarnos a lo tonto.

Hicimos algo de tiempo porque era pronto para cenar y después de aproximadamente una hora decidimos salir e ir bajando para acercarnos al restaurante llamado Cacio e Pepe.
Al llegar abajo nos desplazamos un par de bloques y nos metimos en el metro dirección 2nd avenue, donde se encontraba este sitio, aunque nos tocó caminar un poco, pero como era pronto, nos vino genial.

El sitio era muy famoso por esto que se ve en la image, es decir, si pides la pasta al estilo de la casa, te traen este rulo de queso y dentro de él echan la pasta caliente recién hecha.

Luego lo traen a la mesa y terminan de hacer la pasta removiéndolo constantemente junto con un poco de pimienta negra, justo antes de servirlo a los platos.

Parece poco pero acabamos pidiendo la hora, como quien dice.
Al acabar de cenar, y con la panza llena, no nos quedó otra cosa que hacer que volver a Brooklyn para descansar las piernas de un día de caminata largo.

No comments:

Post a Comment