Martes lluvioso, o eso era lo que predecían todas las webs climatológicas que comprobábamos cada día. Por eso, decidimos dedicar este día a cosas que se pudieran hacer dentro de edificios.
Lo primero era desayunar, y para este día teníamos preparado otro Instabar, es decir, City bakery.
Luego para acompañar elegimos un par de dulces de los que había. A mi sinceramente no me llamó mucho el malvavisco, pero el chocolate si que estaba bueno.
Tras algo menos de una hora nos pusimos en marcha de nuevo dirección norte por la 5ª avenida hasta que sin saber cómo ni por qué, nos cruzamos con el Flatiron building.
Seguimos calle arriba por Madison Av. hasta llegar a la 42th, y la verdad que el paseo era bastante agradable porque ibas viendo todos los rascacielos famosos a ambos lados. El Crysler, el Empire State, etcétera, una pasada, y por supuesto Rhea con la baba cayéndole de la barbilla, jejeje.
Empezaba ya a caer un poco más de agua y nos obligó casi a sacar el paraguas, pero bueno, estábamos cerca de la estación y no fue para tanto. Una vez dentro a Rhea se le iluminó la cara con lo que estaba viendo.
Me dio tiempo a hacer un timelapse de la estación y todo mientras esperábamos por respuestas de los empleados y sobre todo estuvimos un buen rato diseñando un plan para que mi amigo nos hiciera llegar el dinero en el acto, porque temíamos que el móvil volase.
Tras un buen rato divagando y haciendo el imbécil en la web de Apple, decidimos que lo mejor era que nos pasase la pasta en una transferencia y nos fuimos de la tienda escaleras abajo, en dirección a la planta baja que tampoco habíamos visitado. En esta planta es donde están los andenes, pero también donde están todos los sitios de comida, cafés, etcétera.
Al rato cogimos dirección a la calle aunque nos entretuvimos un instante en una tienda de regalitos típica americana. La siguiente parada era la biblioteca municipal (que supongo que será una de muchas, aunque esta era famosa también). En ella se rodaron escenas de "Sexo en Nueva York" según me dijo Rhea, yo ni idea.
Al poco salimos y nos dimos cuenta que estábamos nada más y nada menos que en el Bryant park, es decir, la biblioteca era la pared sur del parque y nosotros sin saberlo. La verdad que teníamos ganas de pasar aunque fuese un día que no fuera de noche a verlo y la verdad que cambia bastante.
Estaba todo lleno de gente en traje y corbata tomando el poco sol que salía, comiendo en las mesas del parque, incluso gente haciendo malavarismos con unos tíos (seguramente contratados por alguna empresa) que estaban ahi jugando, un ambiente muy chulo la verdad. Yo supongo que esos momento al aire libre te dan la vida en una ciudad como esa.
Nosotros nos pedimos algo de beber y Rhea algo de comer, aunque yo también lo acabé probando, porque no era hambre lo que teníamos pero sí algo de gusa. Antes de irnos, volvimos a entrar a la biblioteca pero esta vez para ir al baño y salir, jeje.
Era todavía pronto y empezamos a caminar por la 5ª Av. en dirección sur y de alguna u otra manera acabamos en el Madison Square Garden. Entramos porque vimos un lugar que estaba marcado en nuestro mapa famoso, llamado The Cinnamon snail. Fue muy gracioso porque la chica que nos atendió, nada más vernos dijo - ohh qué guapos, vosotros no sois de aquí, parecéis italianos o algo parecido - casi casi, jajaja.
Ahi se compró algo Rhea porque a mi no me apetecía comer nada de momento, me apetecía beber algo caliente y qué casualidad (ninguna) que al lado justo había un Starbucks, pues nada para dentro. Me pedí un moccha y justo cuando vamos a salir a la calle empieza a caer agua otra vez, vaya mierda. Nosotros por supuesto, vuelta para el Starbucks a sentarnos junto a la ventana y beber/comer lo que teníamos.
Tuvimos suerte porque la lluvia no duro ni 20 minutos, con lo que nos dió pie a salir andando hacia la zona de Times square, donde había varias tiendas que teníamos apuntandas para ver cuando lloviese, la tienda de M&Ms y la de Hershey's (ambas de chocolate).
En la primera duramos poco porque realmente son todo tonterías para niños y azúcar a morir, aparte de caro todo. Por suerte era cerca de la otra, a la entrada de Times sq. Casi no la encontramos, porque la habían cambiado de sitio reciéntemente, pero al final dimos con ella, y nada más entrar, ya te obsequiaban con un besito de hershey's (chocolatina).
La verdad que los americanos otra cosa no pero marketing tela. Te podía serigrafiar la cara en tabletas de chocolate para luego regalarlo, había miles de tipos de chocolatinas y merchandising de Hershey's, una pasada. Nosotros nos llevamos varias bolsas para compartir en el curro y en casa claro está.
Sin pensarlo dos veces, nos pusimos en marcha a pie dada la buenísima temperatura que hacía, pero no sabíamos lo que estábamos haciendo. A mitad de camino, cuando llevábamos unos 15 minutos andando empezó a jarrear agua como si no hubiera llovido en meses. Si es que ya lo decía yo que no era normal esa temperatura.
Como teníamos los paraguas encima no nos mojamos mucho, pero si que tuvimos que parar en algún local resguardado porque la que caía no era normal y todavía nos quedaban otros 15 minutos andando al local.
Al llegar al Chelsea market, Rhea me dijo que donde íbamos a cenar el jueves de sorpresa estaba por ahí cerca, que casi destripa la sorpresa, pero yo iba ya pendiente de no mojarme como para mirar a los locales, jaja.
El mercado de Chelsea no es otra cosa que un bloque entero, de lado a lado, que parece que fuese un local industrial hace muchos años, y que han reutilizado para construir ahí todo tipo de tiendas en pasillos subterráneos (bueno, en la planta baja). Tenía bancos de piedra natural, las tuverías de los desagües vistas, la verdad que era una auténtica maravilla, que si no te lo dicen no lo ves ni por asomo.
Una vez ahí, pedimos un Uber que no tardó mucho en llegar. En NY tienen 40 tipos de Uber diferente: _UberX, UberPool, UberVIP, etcétera, por si te aburres, jaja. Nosotros optamos por el pool que era algo más barato. Al final nos salió por 10$ y no nos mojamos, que era lo que queríamos evitar a toda costa.
Había sido un día intenso, porque pensamos inicialmente que la lluvia no nos dejaría hacer nada, pero nos equivocamos y acabamos haciendo más de lo que debíamos :) Ahora a descansar tocaba.
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